domingo, 12 de diciembre de 2010

Benito Juárez era Guadalupano


El 11 de agosto de 1859, Benito Juárez, presidente de la República, ordena, por decreto, que se considere el 12 de diciembre como fiesta nacional.

Por Bernardo López Ríos

Benito Juárez García era gobernador de su estado natal de Oaxaca cuando el 11 de diciembre de 1848 expidió la siguiente orden al comandante general de las armas del estado: Mañana debe celebrarse en la Santa Iglesia Catedral la festividad de Nuestra Madre y Señora de Guadalupe; y deseando que se solemnice del mejor modo posible, he de merecer a vuestra señoría libre las órdenes correspondientes para que se hagan las salvas de artillería y concurra la escolta que debe marchar detrás de la comitiva. El mismo gobernador Juárez, en persona, presidió junto con el Obispo de Oaxaca esa ceremonia en honor de la Guadalupana.

Como muchos mexicanos, Benito Juárez bautizó a una de sus hijas con el nombre de Guadalupe. Lamentablemente, la niña falleció.

Después, cuando salió de Oaxaca y más aún, cuando llegó a la Presidencia de la República, Juárez se volvió definitivamente anticlerical, pero no antiguadalupano; al contrario: en su decreto para establecer los días de fiesta que se celebrarían en el país, después de separar a la Iglesia del Estado (en realidad, no solamente fue separación, sino ruptura pronunciada y hostilidad declarada del Estado hacia la Iglesia), Juárez determinó que seguiría siendo día de fiesta nacional el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe.

A partir de 1861, Juárez comenzó a aplicar la ley de nacionalización (robo) de los bienes de la Iglesia. Se afirma que, quizá por órdenes personales del presidente, “el santuario de Guadalupe fue exceptuado” (Cf. José Manuel Villalpando, La Virgen de Guadalupe: una biografía, Planeta, México, 2004, p. 114).

Como vestigios de su educación en el Catolicismo pueden señalarse los hechos siguientes: hizo educar a su hijo por un sacerdote, y cuando el cubano Pedro Santacilia, secretario de Juárez, quiso casarse con su hija solamente por lo civil, don Benito rechazó la proposición diciendo: Mi hija es una joven decente, y el matrimonio civil es un contrato de burdel. Así hablaba el que convirtió el matrimonio civil en ley... para los otros (Cf. Joseph H.L. Schlarman, México, Tierra de Volcanes, De Hernán Cortés a Miguel de la Madrid Hurtado, Porrúa, México, 1993, p. 441).

1 comentario:

  1. Favor de referirse a otras vertidas al respecto de éste tema: http://jesuscastruita.wordpress.com/2013/06/11/los-enemigos-de-la-patria/

    ResponderEliminar