sábado, 21 de agosto de 2010

CORTE CORROMPIDA


Por: Javier Livas
(PERIODICO MURAL)

Como abogado, me desahogo expresando mi oposición a la sentencia de la Suprema Corte de Justicia, que regaló niños a parejas del mismo sexo. Ésta no era una decisión para juristas sino para médicos y psicólogos; y más seguro estoy que los expertos en la salud mental están estupefactos ante el increíble error cometido por nueve de los 11 ministros de la Corte.

Afirmar que los ministros fueron "maiceados", como lo dijo el Cardenal Sandoval Íñiguez, es una expresión de frustración infinita. Sin embargo, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, lo ha tomado como daño moral hacia su persona y ha respondido con una demanda civil, acción que no creo tenga éxito.

Estamos frente una falla institucional de tal calibre que deja a un gran número de mexicanos con el alma destrozada y las ganas de salir corriendo del País. La Corte cree que actuó con lógica. Produjo una sentencia aberrante, peligrosa y, sobretodo, contraria al orden moral que supuestamente los ministros deben defender y preservar sobre todas las demás consideraciones.

¿La SCJN se ha corrompido? Sí, pero no necesariamente por dinero. Corromperse moralmente es apoyar un orden contrario a los valores sobre los cuales está construida la sociedad.

Juan Pueblo debe saber que la Ley es la expresión del mínimo moral de una sociedad. Indagar si una conducta es moral es tan fácil como responder: ¿si todos, absolutamente todos incurrieran en esa conducta, quedaría viva la sociedad? La respuesta obvia en este caso contradice a los nueve ministros. Si la ley ataca el orden natural estamos frente a un ley inmoral.

Los niños tienen derecho a tener una familia normal y no deben ser expuestos a vivir en un ambiente que la gran mayoría de la gente considera fuera de lo correcto, por más tolerancia y apertura de la parejas del mismo sexo sean merecedoras.

Elevar la "no discriminación" a una especie de ley universal genera conclusiones bizarras. No toda la diferenciación es discriminación ilegal. Si todos, de pronto fueran atraídos hacia personas del mismo sexo, estaríamos ante el equivalente de un suicidio de la especie. Eso es un ejemplo de lo que significa inmoral.

¿Cualquier forma de discriminación por sexo es prohibida? Por ejemplo, ¿para modelar vestidos de mujer estoy obligado a considerar a gays que les gusta vestirse de mujeres? ¿Hasta dónde, señores ministros, van a llevar la absurda noción de lo que significa prohibir la "discriminación por razones de sexo"?

Aquí hay dos cosas. Primero, es falso que discriminar por materia de sexo sea inconstitucional, sobre todo, por ejemplo, cuando se trata de escoger pareja. En este caso, la discriminación es lo normal, lo natural, lo esperable y, más que todo, lo deseable. Es lo que "debe ser" sin lugar a dudas y lo contrario, es decir, aparearse con los del mismo sexo, es lo excepcional, lo no tan natural desde el punto de vista de los intereses de los genes que buscan perpetuarse. Sucede, pero es la excepción, por razones de evolución biológica. Lo mismo aplica al buscarle una familia a un niño que no tiene padres.

Es verdaderamente asombroso cómo la Corte fue piramidando una falacia encima de otra hasta llegar a esta sentencia inmoral. Empezaron diciendo que la Constitución no dice lo que es una familia y de allí armaron su lógica diciendo que, como no dice y ahora se redefine el matrimonio, entonces procede la adopción para que no haya discriminación. Me extraña, porque los ministros saben que la Constitución es posterior al Código Civil que definía la familia y el matrimonio un siglo antes.

Señores ministros, hay un orden no escrito, pero que traemos internamente como una brújula con la que nacimos. Ustedes se equivocaron al negarlo. Me pregunto si acaso la sociedad -decepcionada de sí misma- está accionando los mecanismos del suicidio colectivo de México con ayuda de la Suprema Corte.

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