Por: Antonio Mota Flores
ASI-NACIONAL
La ciudad de Tijuana, Baja California Norte, es una de las ciudades mas castigadas por el narcotráfico, su paso fronterizo la han hecho lidiar con narcotraficantes mexicanos y extranjeros, que utilizan la ciudad como trampolín para acceder al “negocio” de las drogas en el vecino país del norte. Además de los narcotraficantes, los consumidores gringos y mexicanos son un verdadero problema y mal ejemplo para la ciudad y sus habitantes, en especial para los jóvenes que lamentablemente siguen este mal ejemplo.
En dos décadas se disparó el consumo de drogas duras; 85 por ciento de los drogadictos usa ese derivado de la droga. En un principio fue negocio de narcomenudistas; pero por desgracia hoy lo controla el crimen organizado.
Los narcotraficantes adquirieron mayor relevancia en esta frontera con el ingreso de nuevas sustancias. Con la aparición de la “droga de los pobres” crecieron el consumo y el número de adictos. Especialistas lo consideran negocio redondo para las autoridades, ya que si bien combaten a la delincuencia organizada, a la vez autorizan empresas que surten de materias primas como a quienes cocinan el cristal
Lamentablemente a la sociedad le empieza a aparecer como un acto natural, el crecimiento desmedido de consumidores de drogas, especialmente nuestros jóvenes. Pues según en una investigación periodista, los especialistas aseguran que la ciudad de Tijuana es una de las metrópolis que, proporcionalmente, tendrían el mayor número de adictos en todo el país.
El cristal es la droga más dañina para el ser humano y por ser un negocio de narcomenudeo, dominado por la delincuencia común, pasó a manos del crimen organizado, que asumió el control corporativo de la producción y distribución de la droga con la finalidad de absorber incalculables ganancias. Incluyendo a los jóvenes y viejos adictos de las ciudades fronterizas, que cruzan a diario por su dotación de “cristales”.
Además de que a los grupos de narcotraficantes no les escasea la derrama de dinero para comprar, distorsionar y corromper con extrema facilidad a las autoridades, alertan desde los más distintos sectores de la sociedad.
Cada días los padre de familia ven con resignación, y preocupación a sus hijos, cómo la venta de cristal es común en cualquier parte y a cualquier hora. Es preocupante este problema, esperamos que la violencia no se desate y debemos estar preparados, porque el problema de Tijuana es un problema ya no es sólo el paso de la cocaína. Ahora hay miles de adictos.
“Mientras no se regule, controle y acote el paso libre de armas y el manejo de recursos económicos, la guerra del gobierno mexicano, que involucra al Ejército y a la Marina, no tendrá una salida eficaz, porque las bandas de delincuentes siguen reclutando en sus filas a jóvenes o a personas que se venden por dinero o por obtener cristal”, afirma el presidente del Colegio de la Frontera Norte, Tonatiuh Guillén.
Ahora el gobierno federal, los gobiernos estatal y municipal así como la sociedad civil, deben unificar esfuerzos y poner todo lo que este de su lado para solucionar esta lamentable y triste realidad que se vive en Tijuana.
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