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La migración. Un problema eterno pero por el volumen que ha tomado entre nuestros compatriotas y por ser nuestro suelo paso obligado de centro y Sudamérica que emigran hacia Estados Unidos, sin descartar que nuestro territorio también es objetivo para refugiados y para quienes buscan mejores oportunidades de mejorar sus condiciones de vida, explica y compendia muchos de los factores del malestar social actual. Emigrar significa arrancarse del medio en que se ha vivido y vagar a la deriva sin rumbo determinado tras una casa y una ocupación. Y nosotros los Sinarquistas debemos de implementar acciones para tomar contacto con estos apatridas.
El Sinarquismo tiene grupos en Estados Unidos, desde hace más de 50 años los ha tenido, unas veces personas aisladas, otras grupos organizados y a través ellos conocemos las vicisitudes que sufren en un país ajeno pero sienten algún consuelo el palpar que hay una solidaridad con ellos de parte de los Sinarquistas que hay en sus lugares de origen y otros rumbos de México.
La migración es el fenómeno social por el que cierto número de individuos se ven obligados por determinadas circunstancias a abandonar la región en que residen para trasladarse a otra.
Estos éxodos se producen:
a) Por un aumento desmedido de población de jóvenes que no consiguen empleo en México.
b) Según es el índice de las crisis nacionales es el número de mexicanos que emigran hacia el extranjero o dentro del país de una entidad a otra.
c) Los medios de comunicación presentan muy atractivas las condiciones económicas de Estados Unidos.
Todo ello contribuye que a pesar de las rígidas medidas que implementa el país del norte, muchos miles de mexicanos se aventuran a cruzar la frontera y correr incluso riesgos mortales.
MIGRACION INTERNA
Más de 25,000 familias se desplazan de las áreas rurales hacia las ciudades, un alto porcentaje de los jóvenes pertenecientes a las familias campesinas; emigran también para buscar empleo y porque cada vez es menos atractivo quedarse en sus lugares de origen debido a que las parcelas se han vuelto microterrenos que no sirven para producir lo necesario para vivir con desahogo.
El Distrito Federal por el fenómeno constante de migración ha crecido desmedidamente hasta ser la ciudad más grande del mundo y esto ha traído como consecuencia, la creación de suburbios, de concentraciones como Ciudad Nezahualcoyotl, despersonalización, proletarización y toda su secuela, el mero hecho del crecimiento descontrolado del D.F., Monterrey, Guadalajara, Puebla, etc. Crea serios quebraderos de cabeza a las autoridades que desde luego son impotentes para detener la avalancha de migrantes que llegan a esas zonas y mejor se hacen de la vista gorda. Algunos de los problemas concretos del caso son:
1. Creciente sobrepoblación de determinadas zonas citadinas.
2. Exageradas concentraciones metropolitanas.
3. Excesiva concentración industrial.
4. Crecimiento irregular dentro de la ciudad y difícil planeación urbana.
5. Confusión administrativa.
6. Permanente problema en los transportes.
7. Falta de vivienda adecuada, escuelas, sanidad pública.
Los emigrantes han abandonado el hogar porque en su tierra no tenían modo de ganarse el pan. Siempre hay uno más decidido que se adelanta y toma todos los grandes riesgos, después le siguen otros de la familia.
En el momento de apearse del autobús o algún otro tipo de transporte golpea al migrante el contraste de a ciudad provocativa de lujo y de riqueza, los edificios modernos, el trafico, los escaparates, frente a la casucha que dejó en el pueblo. Y cuando consigue algún trabajo cuando vuelve de él al lugar donde habita siente de nuevo el choque de la comparación entre la ciudad donde trabaja y la barriada donde habita.
Hay insolidaridad, los de la ciudad no se sienten átomos de un núcleo total, sino que nos consideramos cada uno centro de un sistema planetario alrededor del cual ha de girar el resto de la humanidad.
La Unión Nacional Sinarquista ha mantenido una acción solidaria para los sinarquistas que emigran del campo a las ciudades, frecuentemente son hospedados los compañeros migrantes en los domicilios de los comités municipales, regionales o nacional; algunos jóvenes incluso han podido efectuar sus estudios hasta ser profesionistas gracias al cobijo de esta acción solidaria y algunos de ellos han llegado a ocupar puestos importantes de la administración pública.
Es gratificante que exista esta acción instituida como costumbre aunque no es una acción programada.
Esta acción incluso se da en los migrantes voluntarios, entre los compañeros que han de viajar de un lado a otro por paseo o por gestiones que han de realizar.
Habremos de proponer que los migrantes indígenas puedan tener acceso a locales comerciales especiales para la venta de artesanías y la construcción de vecindades para que puedan tener habitaciones rentadas con servicios que dignifiquen su vida ya de por sí difícil.
El Sinarquismo habrá de promover el derecho natural de los hombres a emigrar. Aceptamos que una reglamentación razonable de la migración internacional es legítima, pero eso no significa que se deba prohibir el libre acceso de los mexicanos a las labors campesinas que en Estados Unidos no quieren ser desempeñadas por los naturales estadounidenses.
También es legítimo un cierto grado de restricción mediante un control administrativo que salvaguarde la seguridad, salud pública y moralidad nacional y que regule los movimientos masivos que podrían desequilibrar desfavorablemente la economía nacional del país que recibe las migraciones mexicanas, pero nuestros compañeros sinarquistas que son ciudadanos estadounidenses habrán de protestar contra la actuación prepotente y hasta cruel de los agentes de la Border Patrol.
El Sinarquismo tiene grupos en Estados Unidos, desde hace más de 50 años los ha tenido, unas veces personas aisladas, otras grupos organizados y a través ellos conocemos las vicisitudes que sufren en un país ajeno pero sienten algún consuelo el palpar que hay una solidaridad con ellos de parte de los Sinarquistas que hay en sus lugares de origen y otros rumbos de México.
La migración es el fenómeno social por el que cierto número de individuos se ven obligados por determinadas circunstancias a abandonar la región en que residen para trasladarse a otra.
Estos éxodos se producen:
a) Por un aumento desmedido de población de jóvenes que no consiguen empleo en México.
b) Según es el índice de las crisis nacionales es el número de mexicanos que emigran hacia el extranjero o dentro del país de una entidad a otra.
c) Los medios de comunicación presentan muy atractivas las condiciones económicas de Estados Unidos.
Todo ello contribuye que a pesar de las rígidas medidas que implementa el país del norte, muchos miles de mexicanos se aventuran a cruzar la frontera y correr incluso riesgos mortales.
MIGRACION INTERNA
Más de 25,000 familias se desplazan de las áreas rurales hacia las ciudades, un alto porcentaje de los jóvenes pertenecientes a las familias campesinas; emigran también para buscar empleo y porque cada vez es menos atractivo quedarse en sus lugares de origen debido a que las parcelas se han vuelto microterrenos que no sirven para producir lo necesario para vivir con desahogo.
El Distrito Federal por el fenómeno constante de migración ha crecido desmedidamente hasta ser la ciudad más grande del mundo y esto ha traído como consecuencia, la creación de suburbios, de concentraciones como Ciudad Nezahualcoyotl, despersonalización, proletarización y toda su secuela, el mero hecho del crecimiento descontrolado del D.F., Monterrey, Guadalajara, Puebla, etc. Crea serios quebraderos de cabeza a las autoridades que desde luego son impotentes para detener la avalancha de migrantes que llegan a esas zonas y mejor se hacen de la vista gorda. Algunos de los problemas concretos del caso son:
1. Creciente sobrepoblación de determinadas zonas citadinas.
2. Exageradas concentraciones metropolitanas.
3. Excesiva concentración industrial.
4. Crecimiento irregular dentro de la ciudad y difícil planeación urbana.
5. Confusión administrativa.
6. Permanente problema en los transportes.
7. Falta de vivienda adecuada, escuelas, sanidad pública.
Los emigrantes han abandonado el hogar porque en su tierra no tenían modo de ganarse el pan. Siempre hay uno más decidido que se adelanta y toma todos los grandes riesgos, después le siguen otros de la familia.
En el momento de apearse del autobús o algún otro tipo de transporte golpea al migrante el contraste de a ciudad provocativa de lujo y de riqueza, los edificios modernos, el trafico, los escaparates, frente a la casucha que dejó en el pueblo. Y cuando consigue algún trabajo cuando vuelve de él al lugar donde habita siente de nuevo el choque de la comparación entre la ciudad donde trabaja y la barriada donde habita.
Hay insolidaridad, los de la ciudad no se sienten átomos de un núcleo total, sino que nos consideramos cada uno centro de un sistema planetario alrededor del cual ha de girar el resto de la humanidad.
La Unión Nacional Sinarquista ha mantenido una acción solidaria para los sinarquistas que emigran del campo a las ciudades, frecuentemente son hospedados los compañeros migrantes en los domicilios de los comités municipales, regionales o nacional; algunos jóvenes incluso han podido efectuar sus estudios hasta ser profesionistas gracias al cobijo de esta acción solidaria y algunos de ellos han llegado a ocupar puestos importantes de la administración pública.
Es gratificante que exista esta acción instituida como costumbre aunque no es una acción programada.
Esta acción incluso se da en los migrantes voluntarios, entre los compañeros que han de viajar de un lado a otro por paseo o por gestiones que han de realizar.
Habremos de proponer que los migrantes indígenas puedan tener acceso a locales comerciales especiales para la venta de artesanías y la construcción de vecindades para que puedan tener habitaciones rentadas con servicios que dignifiquen su vida ya de por sí difícil.
El Sinarquismo habrá de promover el derecho natural de los hombres a emigrar. Aceptamos que una reglamentación razonable de la migración internacional es legítima, pero eso no significa que se deba prohibir el libre acceso de los mexicanos a las labors campesinas que en Estados Unidos no quieren ser desempeñadas por los naturales estadounidenses.
También es legítimo un cierto grado de restricción mediante un control administrativo que salvaguarde la seguridad, salud pública y moralidad nacional y que regule los movimientos masivos que podrían desequilibrar desfavorablemente la economía nacional del país que recibe las migraciones mexicanas, pero nuestros compañeros sinarquistas que son ciudadanos estadounidenses habrán de protestar contra la actuación prepotente y hasta cruel de los agentes de la Border Patrol.
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