Por: Hugo Toxtega
ASI-VERACRUZ
El pasado 12 de
diciembre fue entregado el premio nacional de derechos humanos, en esta ocasión
se reconoció la labor humanitaria de un grupo de mujeres que desde hace 20 años
han provisto de alimentos a los migrantes centroamericanos en su paso por
nuestro país rumbo a los Estados Unidos de América su labor ha sido documentada
por medio nacionales e internacionales.
Dicen que el mundo no necesita de la caridad sino de la
justicia yo sostengo lo contrario, porque no puede haber justicia sin voluntad
y la caridad es el reconocimiento a la dignidad del otro lo que impulsa a la
acción voluntaria para hacer el bien.
Hace ya 2 años conocí a la señora Norma Romero y sus
compañeras las "patronas" hoy que han sido galardonadas con el premio
nacional de derechos humanos vienen a mí los recuerdos de ese encuentro; cuando
las conocí una de ellas era entrevistada por un periodista de la ciudad de Córdoba,
Veracruz, ella hizo el siguiente comentario "hacemos esto porque es lo que
hemos aprendido en la doctrina", hoy la más anciana de todas ellas
nuevamente entrevistada reafirma lo que escuche en aquel entonces "dar de
comer al hambriento es algo que enseña la Santa Biblia", hace dos décadas
una mujer comenzó un apostolado, luego se sumaron otras que continúan con esta
labor.
Las más sublimes acciones que enaltecen lo mejor del
espíritu humano surgen sin duda alguna de la voluntad, del sentido del bien
ser. Se llaman las patronas en honor a su pueblo de nombre
"Guadalupe", pero más conocido como "la patrona", un 12 de
diciembre en el parque cordobés me despedí de ellas seguro de haber conocido a
personas como aquellas que describió Martí en su discurso sobre la libertad y
el honor, personas en las que va representada lo mejor de la humanidad.
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