martes, 6 de diciembre de 2011

CON EL MAZO DANDO

Por: Lorenzo Serrano Gutiérrez

ASI-GUERRERO

El pasado mes de noviembre, celebramos uno de los festejos de mayor resonancia para los mexicanos algunos celebraron con mayor emoción e ímpetu nacionalista, fue precisamente el 20 de noviembre Día de la Revolución Mexicana, fecha en que todo mundo tiene metido en la mente que un grupo numeroso de valientes idealistas patriotas lucharon por darnos un país con mejores condiciones de vida.

Es verdad que esos miles de paisanos que empuñaron las armas y salieron al campo de batalla, sin que les importara su propia vida ni la de su familia, lucharon por la conquista de un noble ideal, el de darle condiciones de libertad, justicia y patria para todos los mexicanos sin distinción, pero esos patriotas que murieron empuñando las armas en los campos de México, no fueron los que manejaron los logros de la revolución.

Esos los guerrilleros hombres y mujeres, tenían el encargo de conducir y ejecutar los movimientos de Guerra, pero no disfrutaban de las facultades de intervenir y participar en los negocios y estrategias de las decisiones y acuerdos de los movimientos de guerra que mejor convenían al país, es por eso que las acciones y decisiones del movimiento armado se tomaron como mejor convino a los generales que conducía las acciones de la guerra.

En los eventos cívicos por la celebración del 101 aniversario de la Revolución Mexicana, los oradores y expositores del motivo de los festejos, reiteraron que Francisco I. Madero junto con los revolucionarios que le acompañaron en ese movimiento armado de 1910, eran luchadores en contra de las condiciones de injusticia social, de falta del respeto a las libertades más elementales de los mexicanos.

Se mencionó con insistencia la falta de condiciones de vida más humana, la existencia de vejaciones, la falta de comida, vestido, estado de insalubridad, injusticia y sobre todo la falta de libertad para que los mexicanos eligieran libremente a sus gobernantes, a consecuencia de la cual el dictador Porfirio Díaz, permaneció en la Presidencia de la República por más de 30 años.

Esos pronunciamientos de quienes expresaron el motivo de los eventos del 20 de noviembre, desde luego que tienen mucha validez y son muy legítimos sobre todo en estos tiempos de tremenda crisis social y económica que estamos viviendo los mexicanos, pero cuántos estarán concientes de que el movimiento revolucionario de 1910, no lo condujeron con honestidad y realmente los logros que obtuvieron no los están disfrutando los mexicanos que viven 101 años después de que concluyeron esos movimientos.

Es interesante elogiar a quienes hicieron la revolución caudillos y tropa, pero es más importante que nos sentemos analizar si los herederos de los ideales de los revolucionarios que murieron hace 101 años, que ahora detentan el poder con ese signo, están respetando y sobre todo cumpliendo con los objetivos de Francisco I. Madero, Carranza, Emiliano Zapata y otros destacados luchadores que ofrendaron su vida por darnos mejores condiciones de vida.

La realidad es que solamente están usufructuando los ideales nobles de la Revolución Mexicana y de los revolucionarios que ofrendaron su vida por los ideales de patria justicia y libertad, sólo como una manera de legitimarse, porque el pueblo de México sigue viviendo en peores condiciones que en los tiempos de Porfirio Díaz y de Francisco I. Madero.

Algo reprobable en contra de los maestros y autoridades educativas en todo el país, es que aún sabiendo que los objetivos de la Revolución Mexicana han sido traicionados y prostituidos por los actuales revolucionarios de banqueta, en momentos de crisis económica los obligaron a los niños y padres de familia a gastar tanto dinero en un traje sólo para el desfile del 20 de noviembre, que sólo contribuye a legitimar de manera teórica algo que en la realidad no existe para bien de los mexicanos.

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