domingo, 3 de abril de 2011

CELEBRAN EL 84º ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE LOS BEATOS JORGE Y RAMON VARGAS GONZÀLEZ



Por: David Valdez
ASI-GUADALAJARA

Dentro de la preparación al Bicentenario de la Parroquia del Dulce Nombre de Jesús, en Guadalajara, Jalisco, este sábado 2 de abril recordaron a los hermanos Jorge y Ramón Vargas González, en el 84º. Aniversario de su martirio, como miembros de esa comunidad y vecinos del antiguo barrio de la capilla de Jesús.

En el mundo actual, carente de valores, se hace necesario dirigir nuestra mirada a estos jóvenes ejemplares, que habiendo recibido de sus padres valores cristianos y humanos, los pusieron en práctica.

Beato Jorge Vargas González, lico, célibe. Nació en Ahualulco, Jal., el 28 de Septiembre de 1899. Hijo del Dr. Antonio Vargas y de la Sra. Elvira González, fue bautizado el 17 de octubre del mismo año, con el nombre de Jorge Ramón., aunque él se hizo llamar Jorge.



Educado cristianamente por sus piadosos padres que dedicaron la misma atención y cuidado a sus once hijos.

Alegre y condescendiente con todos, de estatura regular, delgado y de apariencia frágil, pero de una gran fortaleza de espíritu.

Durante su adolescencia, es testigo de los hechos violentos de la Revolución Mexicana, y a pesar de su corta edad se da cuenta de los excesos cometidos contra la religión católica.

En 1914, la familia Vargas se traslada a Guadalajara, para poder brindar mejores oportunidades de estudio a los hijos; aunque don Antonio por su profesión y por atender a sus hermanas permanece en Ahualulco.

La familia recién llegada se establece en el barrio de la “Capilla de Jesús” en la calle Mezquitán en Guadalajara, Jalisco. Jorge, terminados sus estudios, entró a trabajar como empleado en la compañía hidroeléctrica. Los jóvenes católicos de Guadalajara, alentados por la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, creada en 1916, se adhieren a sus programa que consiste en: “Restaurar todo en Cristo, en todas las capas sociales”, por medio del estudio, la piedad y la acción católico social. Jorge fue un militante activo y entusiasta, seguidor del Maestro Anacleto González Flores, entonces directivo en la ACJM.

Toda la familia Vargas se sentía solidaria con la Iglesia Católica, al cerrarse el culto público en los templos el 31 de julio de 1926.

Beato Ramón Vargas González, laico, célibe. Ramón, hermano menor de Jorge, nació en Ahualulco, Jal., el 22 de enero de 1905. Fue bautizado el mismo día de su nacimiento y recibió el nombre de Ramón Vicente, usando solamente el nombre de Ramón.

Tenía cinco años de edad cuando su familia se trasladó a Guadalajara. Joven piadoso, amable y caritativo. Alto, de rostro afable y de cabello rojizo; por lo que le llamaban “el colorado”. Llegado el tiempo se inscribió en la escuela de medicina, pues sus deseo era ser medico como su padre. Alumno estudioso y dedicado al servicio de los pobres, a quienes atendía sin cobrar.

Miembro como su hermano Jorge de la ACJM trabajando con empeño en los problemas sociales de la comunidad.

Para el año 1927, la situación era verdaderamente difícil para los católicos y los primeros combates de la lucha armada se habían dado en los Altos de Jalisco. A partir del 1º de Agosto de 1926, al suspenderse el culto público en los templos, la casa de la familia Vargas González se convirtió en refugio para muchos sacerdotes perseguidos, seminaristas y algunos líderes católicos.

Ramón tenía 22 años cuando el Lic. Anacleto González Flores llego a esconderse a su casa, la familia entera lo acogió con cariño; guardando en todo momento el sigilo conveniente para que no fuera descubierto. Al maestro Anacleto, le toco ser compañero de habitación de Jorge y a la hora de los alimentos compartir con todos. A las 5 de la mañana del 1º de Abril de 1927 un grupo de policías secretas, se presento en la casa de la familia Vargas González, y arresto a todos sus ocupantes.



El Lic. González Flores, el hombre más buscado de Guadalajara y del Estado había caído y con él, los jóvenes Jorge y Ramón Vargas; su crimen haber alojado al Maestro Anacleto. De su casa, los hermanos Vargas fueron trasladados en un vehículo al Cuartel Colorado y encerrados e una celda, con ellos estaba su hermano Florentino, que por aspecto y complexión parecía más joven, fue dejado en libertad horas después.

En la celda contigua se encontraban Luis Padilla y el Lic. Anacleto González Flores. Jorge, desde lejos le dio a entender a Luis que los fusilarían. Luego se lamento de no poder recibir la comunión siendo ese día viernes primero. Pero su hermano Ramón lo consoló diciéndole: “NO temas, si morimos, nuestra sangre lavara nuestras culpas”. Luego, sintió hambre y pidió algo para comer, diciendo: “Lo que es a mí, de hambre no me matan, lo harán con fusiles”…

Antes de ser fusilados recibieron algún tipo de tormento pues el cadáver de Jorge presento un hombro dislocado, contusiones y huellas de dolor en el rostro.

Luego fueron llevados al paredón. Allí estaba el Maestro Anacleto para animarlos hasta el final. Ramón, a punto de ser fusilado, hizo la señal de la cruz con la mano derecha, para caer enseguida abatido por las balas. Y Jorge, con un crucifijo en la mano junto al corazón hizo su profesión de fe católica, rezo el acto de contrición y en ese momento recibió la descarga que le quito la vida.

Jorge y Ramón Vargas González fueron beatificados el 20 de Noviembre del 2005.

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