jueves, 14 de mayo de 2009

UNA TELENOVELA BASTANTE CONTAGIOSA



Por: Manuel Antonio Gutiérrez Amezcua
ASI-GUADALAJARA

Escribo estas palabras casi al final de la contingencia sanitaria decretada por el gobierno federal para enfrentar la epidemia de influenza porcina ocasionada por el virus A(H1N1) que ha azotado nuestro país por varias semanas y en las cuales pudimos darnos cuenta de que nos hace falta mucho por hacer para ser un país donde realmente haya igualdad, equidad y justicia, además de eficientes sistemas de salud y de seguridad social.



Lo mismo vimos a autoridades federales y locales dar torpes conferencias de prensa presentando cifras alegres al principio de la contingencia que vivales aprovechándose de la situación para engañar al pueblo con supuestos remedios caseros que curan de todo, (hasta la influenza porcina) y otros vendiendo cubrebocas de mediocre calidad a precios elevados afuera de muchos lugares públicos, queriendo hacer su agosto en pleno mayo.



Lo mismo vimos a nuestro Presidente mandar mensajes de aliento a la nación que a otros países tomar severas medidas de seguridad para evitar la expansión de la epidemia y otros personajes que ni siquiera sabían que era la influenza y en otros países esta enfermedad ya fue bautizada como “Influenza mexicana”.



Esta lamentable situación me llevó a formular algunas preguntas, a riesgo de parecer paranoico:



· ¿Qué tan capacitadas estaban, en realidad, nuestras autoridades federales y locales, para enfrentar esta contingencia sanitaria?
· ¿Qué tan verdaderas y auténticas fueron las cifras que dio a conocer el gobierno federal sobre las personas infectadas y atendidas en esta contingencia sanitaria?
· ¿Qué tan preparadas están nuestras autoridades federales y locales para enfrentar otras contingencias sanitarias ocasionadas por virus más poderosos, si se presentaran?
· ¿Qué datos y cifras han permanecido ocultos por los gobiernos federal y estatal?
· ¿Dónde comenzó realmente la epidemia por influenza porcina en nuestro país?
· ¿Cuántos casos positivos nunca fueron atendidos por las autoridades sanitarias por que el portador carecía de algún tipo de seguridad social o por pertenecer a grupos sociales vulnerables?
· ¿Esta epidemia acaso fue un experimento para el control masivo de la población que a alguien se le salió de control?
· ¿Existe o no vacuna contra esta enfermedad, y si existe, la pondrán a disposición de toda la población en general o solamente de unos cuantos?
· ¿Por qué inició la epidemia precisamente después de la visita de Barack Obama a nuestro país?
· ¿Acaso esta contingencia sanitaria fue la tapadera oficial de algo más sombrío y que nos costará muy caro a todos los contribuyentes?
· ¿Quién pagará los enormes daños económicos ocasionados por esta contingencia sanitaria a toda clase de empresas y negocios?



También nos percatamos de que los medios masivos de comunicación difundían información precisa para la protección personal y así evitar la propagación de la epidemia, pero a mucha gente no le importó eso y prefirió hacer exactamente lo contrario a lo que se les decía que no hicieran.



La aplicación de la contingencia sanitaria afectó a muchos sectores económicos de la nación, especialmente al turístico, fuente de muchísimos empleos de todo tipo, y que se verá fuertemente impactado en las siguientes semanas debido a la propaganda negativa que nos llega desde otros países.



La vida nocturna y de entretenimiento en los principales destinos de playa se vio fuertemente afectada y muchas negociaciones mejor han cerrado sus puertas, con la consiguiente pérdida de empleos y en muchas partes, se ha llegado hasta la histeria, lo cual ha sido aprovechado por vivales y fanfarrones, para estafar al pueblo con falsas esperanzas y medicinas milagrosas.



Pero lo más importante de toda esta situación es algo realmente para pensar: que el pueblo no le tiene fe a sus autoridades, ya sean federales o locales, y prefiere tomar sus propias medidas de seguridad o creer que todo es una mentira creada por el gobierno federal para tener temeroso al pueblo y así seguirlo oprimiendo o tratando de justificar su ineficiencia y los altísimos sueldos que devengan mensualmente, los cuales contrastan con los mediocres resultados hasta hoy obtenidos.



También presenciamos por televisión abierta muchas entrevistas a nuestras autoridades federales y locales en las cuales se veía claramente que no sabían de lo que hablaban y más parecían que estaban leyendo un guión de cine o de telenovela que realmente informando a la población o, en palabras más exactas, más bien parecía que estaban cuidando el puesto o cargo que tenían en su respectiva administración y/o tratando de quedar bien con su respectivo superior jerárquico, para que a su vez, quedara bien con el de más arriba.



Las repercusiones internacionales ocasionadas por esta contingencia sanitaria han sido devastadoras para nuestro país, no solo en lo económico, y ocasionado que muchos connacionales hayan sido discriminados irracionalmente tan solo por el hecho de ser mexicanos, como en el caso de China. Otros países americanos, incluyendo a Argentina y Cuba, mejor debieron haberse quedado callados y no emitir opiniones, por las razones históricas que todos conocemos.

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