sábado, 7 de febrero de 2009

UNION NACIONAL SINARQUISTA



Frente a los utópicos que sueñan en una sociedad sin gobernantes y sin leyes, el SINARQUISMO quiere una sociedad regida por una autoridad legítima emanada de la libre actividad democrática del pueblo, que verdaderamente garantice el orden social dentro del cual encuentren todos sus medios para alcanzar la felicidad; pero no de un modo egoísta, sino procurando que todos alcancen el bien que cada uno desea para sí.

Ninguna cosa que tenga trascendencia social le será indiferente a la Unión Nacional Sinarquista; el bien común habrá de ser la base de todo su programa de acción y su tarea de siempre será trabajar para alcanzarla.

El Sinarquismo no pide para sí, está siempre dispuesto a entregarse a toda acción que redunde en beneficio colectivo; a prestar el concurso de sus fuerzas físicas, de su dinero o de su talento para poner remedio inmediato y eficaz a todo aquello que constituya un mal social.

El bien de todos, la felicidad pública, la salvación moral y económica de la Patria, exigen un precio: el sacrificio y el esfuerzo con que contribuirá cada uno, según sus posibilidades.

El Sinarquismo es un modo de ser y de vivir; un modo de sentir y de obrar frente a los problemas que afectan al interés general. Es una actitud espiritual, generosa es el ánimo y la voluntad siempre dispuesto a servir a los demás.

El Sinarquismo es un movimiento positivo, que unifica, construye y engrandece, por lo tanto, diametralmente opuesto a las doctrinas que sustentan postulados de odio y devastación. El Sinarquismo proclama el amor a la Patria, y se opondrá con todas sus fuerzas a los sistemas que pretenden borra las fronteras de los pueblos, sus valores, su idiosincracia, para convertir al mundo en un inmenso feudo en donde fácilmente imperen los malvados, perversos, los inventores de teorías liberales. El Sinarquismo será el más ardiente defensor de la justicia y por consiguiente se opondrá a quienes trafican con la miseria humana.

La Unión Nacional Sinarquista, por tanto sus agremiados, consideran criminal y cobarde el derrotismo de aquellos que creen imposible el resurgimiento de la Patria o que esperan del extranjero la salvación de México. Los Sinarquistas actuarán para que la Patria se salve triunfando de nuestra propia cobardía y nos decidiremos a ser verdaderos ciudadanos en pleno ejercicio de nuestros derechos y deberes.

Tenemos fe en el destino de México y nuestra acción se encamina a unir a la Patria, robustecerla y dignificarla. Trabajaremos, pues, por hacer de cada mexicano una partícula de nuestro movimiento que habrá de salvar a México.

Una de nuestras acciones actuales es contra la desintegración de la familia y seguiremos actuando por la unión verdadera de la familia mexicana y exigiremos permanentemente la subordinación de los intereses particulares o de clase frente al interés supremo: el de la Patria.

La formación de nuestros agremiados que también es una acción permanente para cultivar en sus corazones el nacionalismo y para que luego ellos los siembren en nuestros conciudadanos.

Nuestra acción es para que el pueblo rechace, repudie, la clasificación antipatriótica y tendenciosa que divide a los mexicanos en “izquierda”, “derechas”, “revolucionarios” y “reaccionarios”. México reclama para salvarse la unión permanente de todos sus hijos y sólo establece una división: mexicanos y antimexicanos.

Desde 1937 hemos actuado en defensa de nuestro símbolo patrio, la bandera tricolor y nuestra acción permanente será resaltar su significado, su esencia unificadora y señalaremos que quien no la defiende es un traidor.

Habrá una acción formativa permanente para que los sinarquistas puedan promover el derecho a la propiedad privada, cuáles son las condiciones que se pueden esgrimir para reclamar ese derecho; nos opondremos a los actos ilegales que utilizan algunos grupos para obtener una fracción de una propiedad ajena. Pero sí actuaremos dentro de la ley y pacíficamente, contra la injusticia de un estado social en que una multitud de hombres viven en pocilgas y unos pocos habitan en palacios: Educaremos a nuestros agremiados y a los ciudadanos que lo soliciten para que haya conciencia de que el mal no es la propiedad, sino que éste radica en que unos pocos la tengan y de ella abusen, mientras la mayoría carecen de lo indispensable para conservar la vida.

Lucharemos porque México tenga una abundante producción de bienes y exigiremos una justa y equitativa distribución de los mismos. Reclamaremos respeto absoluto para el producto del trabajo y garantías para el capital, justamente acumulado, el que, por otra parte, deberá ajustarse a las exigencias y necesidades de la comunidad mexicana, teniendo las limitaciones que exija el bienestar nacional.

Urgiremos la unión del capital y del trabajo para que, en franca y estrecha colaboración y dentro de un amplia justicia social, realicen su obra creadora para bien de México.

No admitimos la explotación de una clase por otra; tanto al capital como al trabajo, hoy impulsados por el neoliberalismo y actuaremos por un ideal: el de mejoramiento de la colectividad mexicana y el engrandecimiento de la Patria.

Siempre hemos luchado por la libertad porque consideramos que ella es el único ambiente digno de la vida del hombre y rechazamos todas las tiranía.

Diseñaremos acciones adecuadas y apropiadas a cada tiempo, para que los sinarquistas y los mexicanos en general sepan reclamar para México su verdadera independencia política y económica como garantía previa de la real libertad de cada mexicano. Pero para que México pueda imponer su libertad ante las demás naciones, precisa la acción conjunta, valiente constante y generosa de todos sus hijos, dispuestos a merecer y reclamar para su Patria honor y respeto.

Sinarquismo significa que todo debe hacerse en pro del ORDEN y somos ardientes defensores de la libertad; pero nos declaramos enemigos del libertinaje, causa de la anarquía y el desorden, contrarios a la autoridad y el orden social que requiere el Sinarquismo.

Trabajaremos con nuestros conciudadanos para que sepan repudiar el Estado no intervencionista, simple guardián de los egoísmos individuales. Que también sepamos rechazar la tiranía de los estados despóticos que, basados en la intervención omnímoda de sus gobiernos, absorben las actividades individuales, esclavizan las voluntades y matan toda iniciativa privada.

Nuestra actuación ha sido siempre y será en el futuro para que nuestros conciudadanos sepan reclamar, luchar y obtener un gobierno justo, fuerte respetable que consciente de que el servicio del pueblo es la única razón de su poder, encuadre su acción dentro de los límites que fija el bien común del pueblo mexicano.

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