miércoles, 3 de diciembre de 2008

L A A G R l C U L T U R A

AGENCIA SINARQUISTA DE INFORMACION

El gran desnivel que se sufre desde hace cuatro, cinco o seis sexenios y el problema que tiene un vilo a millones de mexicanos, está en la terrible diferencia que existe entre la vida del campo y la de la ciudad, entre el labrador y el obrero, entre el sector agrícola y el industrial. La industria es la hija predilecta del capital, la preferencia de los gobernantes y de los científicos. Entretanto, la agricultura, cada vez está más arrinconada y olvidada consume sus energías de Cenicienta, espera una mano cargada de recursos y de programas efectivos que la ponga a la par con su hermana.

A pesar de todo aún hay campesinos ocupados de labrar la tierra y de cuidar animales, aun la población rural no está absorbida por la industria. La población agrícola disminuye pero no absolutamente y el gobierno federal redujo a actividad de la Secretaría de Agricultura, pese a que la población agraria aun debe sustentar una parte medular de la economía nacional, ya que debe atender a la producción de granos que al importarlos producen una sangría de divisas, además atiende otros aspectos alimentarios de la población mexicana.

Por falta de una legislación que atendiera el decremento de las áreas agrícolas y frenara el crecimiento descontrolado de áreas urbanas la tierra se vuelve insuficiente y hay que dejarla, hay demasiada población para poder sacar un buen partido de ella.

Solo durante las épocas de las tareas propias de labranza los campesinos trabajan, a veces con cargas pesadas porque no hay peones disponibles, pero hay lapsos de tiempo que podrían aprovechar en otras actividades para ocupar el tiempo pero sobre todo para allegarse recursos que incluso les servirían para apoyo económico y así cuando se dan los desastres en la producción por causa de los fenómenos climáticos. Algunos gobiernos estatales han ensayado la producción de hortalizas en largas bolsas de plástico y más recientemente en proporcionar elementos para instalar invernaderos, pero en eso falta mucho apoyo técnico.

La Unión Nacional Sinarquista a través de su órgano de proyección denominado Unión Nacional de Trabajadores del Campo ha hecho experimentos de producción hidropónica en áreas semidesérticas como una posibilidad de apoyar a gentes que habitan en esas zonas y logró apoyo parcial gubernamental pero para eso se requiere una fuerte inversión para tener el agua suficiente aunque ese es un sistema que ocupa mucho menos que en los demás tipos de producción agrícola. Esa acción de la UNS la tendrá latente para aprovechar el experimento que ya se hizo en ese aspecto.

Hay comunidades indígenas sinarquistas en las que se deberá emprender una actividad para conectar a los productores con los centros de consumo como es el caso de algunas zonas cafetaleras, incluso se trabaja ya en un proceso comercializador de establecimiento de misceláneas como empresas pequeñísimas de sinarquistas que también apuntan hacia la captación de la producción rural y atender el aspecto de comercialización en a que muchos productores tienen grandes dificultades. Además daremos apoyos de gestoría.

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