Opinión de TOMAS GONDI
Soy un apasionado de los deportes, pero soy mucho más de mi país… México y por ello deseo entender lo que sucede con nuestro deporte que no avanzamos en certámenes internacionales a través de nuestra historia, algo pasa y espero descubrirlo con esta investigación.
Nuestras penurias olímpicas se inician en París en 1900, en donde México obtuvo la primera medalla de bronce, primera de las 54 preseas obtenidas a lo largo de 108 años hasta este Beijing: 10 de oro,18 de plata y 23 de bronce… Similar número de trofeos a los obtenidos por Gran Bretaña en los últimos días en los juegos en China…
54 medallas obtenidas por sólo 48 atletas considerando las 4 de Maríles, las 3 de Capilla y las 2 de Raúl González. 48 paisanos que, entre los cientos de millones de mexicanos que hemos nacido en ese siglo, 48 paisanos que en su gran mayoría llegaron a esos triunfos en base a su esfuerzo personal y sacrificios, 48 personajes extraídos de los contingentes de aproximadamente 2,500 atletas que ha enviado México a una veintena de olimpiadas…Un pobre 2% de efectividad y por ende un fracaso oficial en el impulso al deporte.
Pero que no nos sorprenda o indigne la modesta cosecha en Beijing, pues salvo en los juegos realizados en México en el 68 donde se alcanzaron 9 medallas (3-3-3), en Londres 1948 donde los Mariles y Capilla obtuvieron 5 (2-1-2), en Los Ángeles 84 otras 5 medallitas (2-2-1) y en Sydney 2000 con 6 preseas (1-2-3), en el resto de las olimpiadas ese digito se mantuvo solitario de entre 1 a 3 medallas, que es lo común de nuestras delegaciones triunfadoras. O sea, en Paris 1900 un bronce; en L.A. en el 1932 fueron dos plata; en Berlín´36, 3 bronces; en Munich´72 una solitaria plata; en Montreal 76 una de oro y otra de bronce; en Moscu´80 fueron 4 medallas (0-1-3) y en el resto de las competiciones olímpicas no acudimos o nos fuimos en ser.
En las recientes Olimpiadas celebradas en China, nuevamente se mantuvieron los niveles de mediocridad históricos, obteniendo los deportistas mexicanos ¡no nosotros¡, solamente 3 medallas (2 de oro y una de bronce), lo que evidencia que gobiernos van y vienen y la situación se mantiene el lo que a mi entender son cifras habituales pero ridículas para un país del tamaño del nuestro, aunque ingrato sería no reconocer el gran esfuerzo que han realizado ese puñado de deportistas mexicanos que en condiciones evidentemente adversas, se han enfrentado a verdaderas maquinas de hacer deporte… y dejar de reconocer que con sus triunfos nos han alegrado la vida, aunque sea por algunos momentos.
Dos aspectos debemos destacar al respecto de los fracasos nacionales. Mientras España que mantenía una modesta cosecha, de 1 ó 2 medallas por olimpiada, hasta antes de sus Olimpiadas en Barcelona, aprovecharon el boom competitivo, las instalaciones y las enseñanzas foráneas y en 15 días obtuvieron 22 medallas, muchas más que toda su cosecha anterior a través de su historia y en los subsecuentes juegos siguieron ganaron: 16 preseas en Atlanta, 11 en Sydney, 19 en Atenas y 18 ahora en Beijing. Mientras México desperdició absurdamente lo conseguido en el 68, no obstante la estructura creada, la cual se ha ido cayendo a pedazos: instalaciones, instructores, programas, continuidad, etc. Basta atender el hecho que de los 4 atletas ganadores en Atenas hace 4 años, ¡No repitió ninguno…¡ Ana Gabriela, después de evidentes fracasos deportivos recientes, se la comió la grilla chabacana perredista y ahora dirige??? el deporte en la capital, arrastrando además a la ciclista Belem Guerrero, quien al no alcanzar las marcas, atendió a los sabios consejos de su asesora Guevara, e hizo su caprichito mediático y desperdició la última oportunidad de su vida, mientras que los hermanos Salazar al parecer se extraviaron en la adulación televisiva y descuidaron la continuidad de su desarrollo, no alcanzando las marcas mínimas para asistir a Beijing, aunque Irínia si viajo como comentarista.
Y me pregunto ¿Será el hambre el factor de nuestros fracasos?, no lo creo, al ver a los corredores de Jamaica (6+3+2=11), Kenia (5+5+4=14) o Etiopia, ganar medallas y romper records, a menos que alguien me asegure que esas naciones son económicamente pudientes. Y al respecto, como olvidar que los famosos medallistas mexicanos: Pedraza, Canto, González, el boxeador Zaragoza ó Soraya, no salieron precisamente de las Lomas y sin embargo alcanzaron la cúspide de su disciplina. O ¿Será nuestra complexión física?, no lo justifican los chaparritos chinitos que ahora son la sensación ó los famélicos etíopes que son una bala…ó ahora que somos medalla de oro en gorditos, siquiera deberíamos armar un equipo para las luchas de sumo ó para los lanzamientos de bala y disco.
¿Serán las guerras?, tampoco lo creo, pues mientras Rusia (tercera en el medallero) invadía Georgia (3-3-6=12), los atletas de ambas naciones ganabas trofeos en China. Y nosotros en México solo tenemos al comandante Marcos y su guerrilla y a las Adelitas del Peje…
Ó ¿Será la inestabilidad política???, entonces porque los antiguos países comunistas como Bielorrusia (4-5-10=19), Azerbayán (1-2-4=7) y Uzbekistán (1+2+3 =6) ó los de Europa del Este, ganan y ganan medallas.
¡Ah…¡ ¿Quizás es el tamaño del país? Pero no…si la pequeña Suiza obtuvo 6 medallas en China (2-0-4) y Armenia ganó igual número de metales, bueno, hasta Bahamas y Trinidad&Tobago (del tamaño de Tlaxcala) con una modesta delegación obtuvieron significativos logros.
Entonces, ¿Cuál es el factor del fracaso sostenido?, pues he llegado a la conclusión de que es el Síndrome Deportivo Latinoamericano y trataré de explicarlo:
Salvo Cuba (2-11-11=24) que tiene deporte de Estado y va en caída del número 14 en el medallero de Grecia se fue al 28 esta vez y Brasil (3-4-8=15) que está en pleno ascenso, el resto de las naciones latinoamericanas, incluyendo Argentina (2-0-4=6) y desde luego México, tienen una deficiente estructura oficial del deporte, en manos de políticos cuyos principales objetivos son los cotos de poder y los presupuestos, los que deberían ser dirigidos al desarrollo deportivo, por ello, las estructuras del deporte de alto rendimiento queda supeditado a criterios ajenos al mismo, manoseándolo por todos lados: políticos, deportistas frustrados o retirados y empresarios) incluso cuando son manejados por los propios ex -deportistas, estos, se suben al ladrillo y se marean, distrayendo los objetivos para lo cual fueron nombrados, olvidándose de la penuria de su propia historia, dirigiendo sus acciones para beneficios personales, desdeñando cualquier posibilidad de emergencia deportiva y colgándose de los deportistas encumbrados, ¡Solo para la foto!.. y para la visita a los Pinos.
Esa lacra del Síndrome latinoamericano en el deporte se confirma con el pobre papel de las naciones del Río Bravo a la Patagonia, mire usted, esto se obtuvo en Beijing: México 3, Panamá un oro, Colombia 2 (0-1-1), Chile y Ecuador con 1 plata, Venezuela 1 bronce, total (sin Cuba) 8 medallas y el resto nada…de nada. Bueno, hasta Puerto Rico siendo una de las estrellas de la Unión Americana, también presenta ese síndrome con 0 medallas obtenidas.
Cabe acotar que nuestro país ha alcanzado medallas en diversas disciplinas como el Polo Hípico (B), deporte en donde aun tiene buen nivel, en Tiro (P), en Basketball masculino (B), en Florete (P), en la Natación con el Tibio, en la lucha y las pesas con la desperdiciada Soraya, así como plata en el Atletismo con Ana Gabriela.
Pero es en 4 disciplinas es en donde las autoridades deportivas mexicanas deberían poner todo su empeño para Londres: En el Boxeo con 12 medallistas (2-2-8); En los Clavados con 8 preseas (1-4-3) para atletas de la talla de Capilla, Girón, Mena, Platas y las flamantes medallistas Laura Sánchez y Tatiana Ortiz; En la Marcha con 9 preseas obtenidas (2-5-2) y recientemente en el taikwondo con 5 preseas obtenidas (2-2-2), incluyendo las de María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez.
Por ello, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, el grado de competitividad del deportista latinoamericano es deficiente y solo en excepcionales casos, como esos 48 medallistas mexicanos, con esfuerzos propios alcanzaron sus objetivos…¡Pero difícilmente los replican..!
Ese es el Síndrome Deportivo Latinoamericano.
Soy un apasionado de los deportes, pero soy mucho más de mi país… México y por ello deseo entender lo que sucede con nuestro deporte que no avanzamos en certámenes internacionales a través de nuestra historia, algo pasa y espero descubrirlo con esta investigación.
Nuestras penurias olímpicas se inician en París en 1900, en donde México obtuvo la primera medalla de bronce, primera de las 54 preseas obtenidas a lo largo de 108 años hasta este Beijing: 10 de oro,18 de plata y 23 de bronce… Similar número de trofeos a los obtenidos por Gran Bretaña en los últimos días en los juegos en China…
54 medallas obtenidas por sólo 48 atletas considerando las 4 de Maríles, las 3 de Capilla y las 2 de Raúl González. 48 paisanos que, entre los cientos de millones de mexicanos que hemos nacido en ese siglo, 48 paisanos que en su gran mayoría llegaron a esos triunfos en base a su esfuerzo personal y sacrificios, 48 personajes extraídos de los contingentes de aproximadamente 2,500 atletas que ha enviado México a una veintena de olimpiadas…Un pobre 2% de efectividad y por ende un fracaso oficial en el impulso al deporte.
Pero que no nos sorprenda o indigne la modesta cosecha en Beijing, pues salvo en los juegos realizados en México en el 68 donde se alcanzaron 9 medallas (3-3-3), en Londres 1948 donde los Mariles y Capilla obtuvieron 5 (2-1-2), en Los Ángeles 84 otras 5 medallitas (2-2-1) y en Sydney 2000 con 6 preseas (1-2-3), en el resto de las olimpiadas ese digito se mantuvo solitario de entre 1 a 3 medallas, que es lo común de nuestras delegaciones triunfadoras. O sea, en Paris 1900 un bronce; en L.A. en el 1932 fueron dos plata; en Berlín´36, 3 bronces; en Munich´72 una solitaria plata; en Montreal 76 una de oro y otra de bronce; en Moscu´80 fueron 4 medallas (0-1-3) y en el resto de las competiciones olímpicas no acudimos o nos fuimos en ser.
En las recientes Olimpiadas celebradas en China, nuevamente se mantuvieron los niveles de mediocridad históricos, obteniendo los deportistas mexicanos ¡no nosotros¡, solamente 3 medallas (2 de oro y una de bronce), lo que evidencia que gobiernos van y vienen y la situación se mantiene el lo que a mi entender son cifras habituales pero ridículas para un país del tamaño del nuestro, aunque ingrato sería no reconocer el gran esfuerzo que han realizado ese puñado de deportistas mexicanos que en condiciones evidentemente adversas, se han enfrentado a verdaderas maquinas de hacer deporte… y dejar de reconocer que con sus triunfos nos han alegrado la vida, aunque sea por algunos momentos.
Dos aspectos debemos destacar al respecto de los fracasos nacionales. Mientras España que mantenía una modesta cosecha, de 1 ó 2 medallas por olimpiada, hasta antes de sus Olimpiadas en Barcelona, aprovecharon el boom competitivo, las instalaciones y las enseñanzas foráneas y en 15 días obtuvieron 22 medallas, muchas más que toda su cosecha anterior a través de su historia y en los subsecuentes juegos siguieron ganaron: 16 preseas en Atlanta, 11 en Sydney, 19 en Atenas y 18 ahora en Beijing. Mientras México desperdició absurdamente lo conseguido en el 68, no obstante la estructura creada, la cual se ha ido cayendo a pedazos: instalaciones, instructores, programas, continuidad, etc. Basta atender el hecho que de los 4 atletas ganadores en Atenas hace 4 años, ¡No repitió ninguno…¡ Ana Gabriela, después de evidentes fracasos deportivos recientes, se la comió la grilla chabacana perredista y ahora dirige??? el deporte en la capital, arrastrando además a la ciclista Belem Guerrero, quien al no alcanzar las marcas, atendió a los sabios consejos de su asesora Guevara, e hizo su caprichito mediático y desperdició la última oportunidad de su vida, mientras que los hermanos Salazar al parecer se extraviaron en la adulación televisiva y descuidaron la continuidad de su desarrollo, no alcanzando las marcas mínimas para asistir a Beijing, aunque Irínia si viajo como comentarista.
Y me pregunto ¿Será el hambre el factor de nuestros fracasos?, no lo creo, al ver a los corredores de Jamaica (6+3+2=11), Kenia (5+5+4=14) o Etiopia, ganar medallas y romper records, a menos que alguien me asegure que esas naciones son económicamente pudientes. Y al respecto, como olvidar que los famosos medallistas mexicanos: Pedraza, Canto, González, el boxeador Zaragoza ó Soraya, no salieron precisamente de las Lomas y sin embargo alcanzaron la cúspide de su disciplina. O ¿Será nuestra complexión física?, no lo justifican los chaparritos chinitos que ahora son la sensación ó los famélicos etíopes que son una bala…ó ahora que somos medalla de oro en gorditos, siquiera deberíamos armar un equipo para las luchas de sumo ó para los lanzamientos de bala y disco.
¿Serán las guerras?, tampoco lo creo, pues mientras Rusia (tercera en el medallero) invadía Georgia (3-3-6=12), los atletas de ambas naciones ganabas trofeos en China. Y nosotros en México solo tenemos al comandante Marcos y su guerrilla y a las Adelitas del Peje…
Ó ¿Será la inestabilidad política???, entonces porque los antiguos países comunistas como Bielorrusia (4-5-10=19), Azerbayán (1-2-4=7) y Uzbekistán (1+2+3 =6) ó los de Europa del Este, ganan y ganan medallas.
¡Ah…¡ ¿Quizás es el tamaño del país? Pero no…si la pequeña Suiza obtuvo 6 medallas en China (2-0-4) y Armenia ganó igual número de metales, bueno, hasta Bahamas y Trinidad&Tobago (del tamaño de Tlaxcala) con una modesta delegación obtuvieron significativos logros.
Entonces, ¿Cuál es el factor del fracaso sostenido?, pues he llegado a la conclusión de que es el Síndrome Deportivo Latinoamericano y trataré de explicarlo:
Salvo Cuba (2-11-11=24) que tiene deporte de Estado y va en caída del número 14 en el medallero de Grecia se fue al 28 esta vez y Brasil (3-4-8=15) que está en pleno ascenso, el resto de las naciones latinoamericanas, incluyendo Argentina (2-0-4=6) y desde luego México, tienen una deficiente estructura oficial del deporte, en manos de políticos cuyos principales objetivos son los cotos de poder y los presupuestos, los que deberían ser dirigidos al desarrollo deportivo, por ello, las estructuras del deporte de alto rendimiento queda supeditado a criterios ajenos al mismo, manoseándolo por todos lados: políticos, deportistas frustrados o retirados y empresarios) incluso cuando son manejados por los propios ex -deportistas, estos, se suben al ladrillo y se marean, distrayendo los objetivos para lo cual fueron nombrados, olvidándose de la penuria de su propia historia, dirigiendo sus acciones para beneficios personales, desdeñando cualquier posibilidad de emergencia deportiva y colgándose de los deportistas encumbrados, ¡Solo para la foto!.. y para la visita a los Pinos.
Esa lacra del Síndrome latinoamericano en el deporte se confirma con el pobre papel de las naciones del Río Bravo a la Patagonia, mire usted, esto se obtuvo en Beijing: México 3, Panamá un oro, Colombia 2 (0-1-1), Chile y Ecuador con 1 plata, Venezuela 1 bronce, total (sin Cuba) 8 medallas y el resto nada…de nada. Bueno, hasta Puerto Rico siendo una de las estrellas de la Unión Americana, también presenta ese síndrome con 0 medallas obtenidas.
Cabe acotar que nuestro país ha alcanzado medallas en diversas disciplinas como el Polo Hípico (B), deporte en donde aun tiene buen nivel, en Tiro (P), en Basketball masculino (B), en Florete (P), en la Natación con el Tibio, en la lucha y las pesas con la desperdiciada Soraya, así como plata en el Atletismo con Ana Gabriela.
Pero es en 4 disciplinas es en donde las autoridades deportivas mexicanas deberían poner todo su empeño para Londres: En el Boxeo con 12 medallistas (2-2-8); En los Clavados con 8 preseas (1-4-3) para atletas de la talla de Capilla, Girón, Mena, Platas y las flamantes medallistas Laura Sánchez y Tatiana Ortiz; En la Marcha con 9 preseas obtenidas (2-5-2) y recientemente en el taikwondo con 5 preseas obtenidas (2-2-2), incluyendo las de María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez.
Por ello, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, el grado de competitividad del deportista latinoamericano es deficiente y solo en excepcionales casos, como esos 48 medallistas mexicanos, con esfuerzos propios alcanzaron sus objetivos…¡Pero difícilmente los replican..!
Ese es el Síndrome Deportivo Latinoamericano.
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