Estaba a punto de escribir un comentario acerca de lo expresado en el programa “Top Gear” de la BBC de Londres, cuando antes de terminar mi lectura diaria al periódico Publico-Milenio me encontré con el articulo de Ricardo Salazar y al conocer la opinión de este magnifico columnista ya ni me esforcé en hacer uno propio, ya que el mismo titulado Nacionalistas Hipócritas refleja casi en su totalidad la misma opinión de la ASI. Les dejamos pues el siguiente articulo publicado hoy martes 2 de febrero.
ATTE:
DAVID VALDEZ
ATTE:
DAVID VALDEZ
DIRECTOR DE ASI
Por: Ricardo Salazar (Salivita)
PERIÓDICO PUBLICO MILENIO
Eso es lo que somos los mexicanos. Por una parte estamos ofendidísimos porque los británicos nos llaman huevones flatulentos y por otra parte nos burlamos todos los días de personas de otras nacionalidades.
La historia ya es conocida. Unos payasitos del programa Top Gear de la televisión inglesa hicieron gala de la imagen internacional prejuiciada que tenemos, al decir que si un coche está hecho en México debe ser perezoso, inocente, pasado de peso, pedorro, y debe llamarse tortilla, y que nuestra comida es fea como vomitada con queso.
Eso provocó que el embajador de México en la tierra de la reina Isabel, Eduardo Medina Mora, mandara una carta a la BBC para exigir una disculpa por los comentarios que calificó de xenófobos.
Luego vino una ola de reacciones francamente ridículas, como la del senador del PRI, Fernando Castro, quien dijo que “si algo nos ha distinguido a los mexicanos es la cultura del trabajo” (ternurita, un legislador hablando de trabajo), o la del senador del PAN, Felipe González, quien llamó a un boicot en contra del programa: “si tenemos vergüenza no debemos de verlo”. Se le olvidó que la única forma de ver la BBC en México es a través del paquete digital de los sistemas de cable o satelitales, así que en este momento deben estar temblando.
Ya en el colmo de la desproporción, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), que depende del gobierno federal, anunció que sacaría del aire las producciones de la BBC de Londres, reconocida por hacer programas de altísima calidad, aunque en la noche reculó después de discutirlo en su mesa editorial.
Ante todo esto, apelando a aquello de que el que se lleva se aguanta, bien vale preguntar: ¿Qué le espera a México?, ¿un boicot de los gallegos porque son blanco de nuestros chistes en los que los pintamos como idiotas?, ¿una queja de la embajada argentina porque en un programa de Telehit dijeron que sólo sirven para ser meseros de la colonia Condesa?, ¿una amenaza japonesa de no invertir aquí porque los satirizamos en TV Azteca con el Ta Chidito?, ¿un paro de las personas de color en el país por los chistes acerca de Kalimba como aquel de que “se las estaba viendo negras”?
Como ayer dijo alguien en Twitter: si por cada chiste en el que nos burlamos de otras razas hubiera una reacción como la de México, ya estaríamos fuera de la ONU.
Lo más sorprende de todo es que esto suceda en un país que se precia de reírse hasta de sus muertos con un humor sabrosón, y sin embargo ahora refunfuña porque alguien le dijo cositas feas similares a las que dicen los niños de primaria.
No deja de llamar la atención que andemos requete indignados ahora que los british nos sacaron la lengua, cuando en los programas de humor de Estados Unidos somos blanco de burlas todos los días, como los son los negros, y los judíos, y los irlandeses, y los white trash… se trata de humor y nada más, no pasa nada.
¿Por qué no hay que indignarse? Porque con lo dicho no se daña a nadie. La verdad es que sí somos medio huevoncitos y panzones, y como nos gustan los frijoles pues si nos echamos nuestros pedillos (algunos hasta los presumen con orgullo por su sonido y olor), y nuestra comida no es lo más estética que digamos, aunque eso sí, es más deliciosa que la británica. Otro gallo cantaría si alguno de los presentadores no contratara o corriera a uno de sus trabajadores por ser mexicano, si promoviera que se les escupa en la calle a los mexican curious, o si lanzara una campaña para expulsarlos de un barrio, o del país.
Bien haría el embajador Medina Mora en documentar, si los hubiera, los casos de atropello discriminatorio a los que son sujetos los mexicanos en Gran Bretaña y por eso sí, quejarse y exigir justicia.
Al comportarnos de esta manera nos estamos viendo muy hipócritas. En nuestra propia televisión se transmiten todos los días cosas que sí son violatorias de los derechos de las personas, extranjeras y mexicanas, y contra ello no hacemos nada. En nuestra sacrosanta pantalla se pueden ver cosas que sí fomentan una desigualdad de trato que pone en desventaja a importantes grupos de la sociedad y ante ello nomás chitón.
Otro aspecto a revisar, ahora que a millones de mexicanos, envueltos en su bandera, les surgió el nacionalismo, es qué estamos haciendo para revertir la imagen internacional del ranchero huevón recostado en el cactus. Está en nosotros que de aquí en adelante cuando en broma o en serio alguien diga en el extranjero que somos huevones, alguien salga a defendernos diciendo que no, que todos los mexicanos que ha conocido son trabajadores, emprendedores y dinámicos.
Ojo, no se trata de poner la otra mejilla cuando nos están chingando, se trata de no sobredimensionar una bromita inocente y babosa.
Grava
1.- ¿Racismo? Racistas nosotros que tenemos sumergidos a nuestros pueblos indígenas en el olvido y la pobreza.
2.- La revista Quién da la nota al poner a un matrimonio gay en la portada de su edición dedicada a las parejas más atractivas de México. Es un buen abono para la normalización soñada. El escándalo está en la encuesta de su página de internet. Hasta ayer, a 23 por ciento le gustó la idea, a 23 por ciento le parece de lo más normal, 20 por ciento opinó que la sociedad no está preparada y 33 por ciento manifestó que no está de acuerdo. ¿Discriminadores los british? ¡Discriminadores nosotros!
Por: Ricardo Salazar (Salivita)
PERIÓDICO PUBLICO MILENIO
Eso es lo que somos los mexicanos. Por una parte estamos ofendidísimos porque los británicos nos llaman huevones flatulentos y por otra parte nos burlamos todos los días de personas de otras nacionalidades.
La historia ya es conocida. Unos payasitos del programa Top Gear de la televisión inglesa hicieron gala de la imagen internacional prejuiciada que tenemos, al decir que si un coche está hecho en México debe ser perezoso, inocente, pasado de peso, pedorro, y debe llamarse tortilla, y que nuestra comida es fea como vomitada con queso.
Eso provocó que el embajador de México en la tierra de la reina Isabel, Eduardo Medina Mora, mandara una carta a la BBC para exigir una disculpa por los comentarios que calificó de xenófobos.
Luego vino una ola de reacciones francamente ridículas, como la del senador del PRI, Fernando Castro, quien dijo que “si algo nos ha distinguido a los mexicanos es la cultura del trabajo” (ternurita, un legislador hablando de trabajo), o la del senador del PAN, Felipe González, quien llamó a un boicot en contra del programa: “si tenemos vergüenza no debemos de verlo”. Se le olvidó que la única forma de ver la BBC en México es a través del paquete digital de los sistemas de cable o satelitales, así que en este momento deben estar temblando.
Ya en el colmo de la desproporción, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), que depende del gobierno federal, anunció que sacaría del aire las producciones de la BBC de Londres, reconocida por hacer programas de altísima calidad, aunque en la noche reculó después de discutirlo en su mesa editorial.
Ante todo esto, apelando a aquello de que el que se lleva se aguanta, bien vale preguntar: ¿Qué le espera a México?, ¿un boicot de los gallegos porque son blanco de nuestros chistes en los que los pintamos como idiotas?, ¿una queja de la embajada argentina porque en un programa de Telehit dijeron que sólo sirven para ser meseros de la colonia Condesa?, ¿una amenaza japonesa de no invertir aquí porque los satirizamos en TV Azteca con el Ta Chidito?, ¿un paro de las personas de color en el país por los chistes acerca de Kalimba como aquel de que “se las estaba viendo negras”?
Como ayer dijo alguien en Twitter: si por cada chiste en el que nos burlamos de otras razas hubiera una reacción como la de México, ya estaríamos fuera de la ONU.
Lo más sorprende de todo es que esto suceda en un país que se precia de reírse hasta de sus muertos con un humor sabrosón, y sin embargo ahora refunfuña porque alguien le dijo cositas feas similares a las que dicen los niños de primaria.
No deja de llamar la atención que andemos requete indignados ahora que los british nos sacaron la lengua, cuando en los programas de humor de Estados Unidos somos blanco de burlas todos los días, como los son los negros, y los judíos, y los irlandeses, y los white trash… se trata de humor y nada más, no pasa nada.
¿Por qué no hay que indignarse? Porque con lo dicho no se daña a nadie. La verdad es que sí somos medio huevoncitos y panzones, y como nos gustan los frijoles pues si nos echamos nuestros pedillos (algunos hasta los presumen con orgullo por su sonido y olor), y nuestra comida no es lo más estética que digamos, aunque eso sí, es más deliciosa que la británica. Otro gallo cantaría si alguno de los presentadores no contratara o corriera a uno de sus trabajadores por ser mexicano, si promoviera que se les escupa en la calle a los mexican curious, o si lanzara una campaña para expulsarlos de un barrio, o del país.
Bien haría el embajador Medina Mora en documentar, si los hubiera, los casos de atropello discriminatorio a los que son sujetos los mexicanos en Gran Bretaña y por eso sí, quejarse y exigir justicia.
Al comportarnos de esta manera nos estamos viendo muy hipócritas. En nuestra propia televisión se transmiten todos los días cosas que sí son violatorias de los derechos de las personas, extranjeras y mexicanas, y contra ello no hacemos nada. En nuestra sacrosanta pantalla se pueden ver cosas que sí fomentan una desigualdad de trato que pone en desventaja a importantes grupos de la sociedad y ante ello nomás chitón.
Otro aspecto a revisar, ahora que a millones de mexicanos, envueltos en su bandera, les surgió el nacionalismo, es qué estamos haciendo para revertir la imagen internacional del ranchero huevón recostado en el cactus. Está en nosotros que de aquí en adelante cuando en broma o en serio alguien diga en el extranjero que somos huevones, alguien salga a defendernos diciendo que no, que todos los mexicanos que ha conocido son trabajadores, emprendedores y dinámicos.
Ojo, no se trata de poner la otra mejilla cuando nos están chingando, se trata de no sobredimensionar una bromita inocente y babosa.
Grava
1.- ¿Racismo? Racistas nosotros que tenemos sumergidos a nuestros pueblos indígenas en el olvido y la pobreza.
2.- La revista Quién da la nota al poner a un matrimonio gay en la portada de su edición dedicada a las parejas más atractivas de México. Es un buen abono para la normalización soñada. El escándalo está en la encuesta de su página de internet. Hasta ayer, a 23 por ciento le gustó la idea, a 23 por ciento le parece de lo más normal, 20 por ciento opinó que la sociedad no está preparada y 33 por ciento manifestó que no está de acuerdo. ¿Discriminadores los british? ¡Discriminadores nosotros!
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