sábado, 14 de agosto de 2010

EL TRATO AGRESIVO EN LAS TELENOVELAS


Por: Guadalupe Quiroz del Muro

A España, “la madre Patria”, le debemos muchísimo, pero había muchos elementos en las culturas indígenas que eran superiores a la española, entre ellos, la pulcritud, el sistema de drenaje en Tenochtitlán, el conocimiento de hierbas medicinales, la delicadeza en el trato mutuo, el sentido místico de la naturaleza, expresado en la poesía y en el arte de alta calidad, y algunos aspectos de la astronomía.

En efecto, la delicadeza en el trato y el estilo de lenguaje dulce y cortés lo podemos constatar fielmente en los hermosos, sencillos y profundos diálogos entre Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego.

Esta rica tradición la tenemos los mexicanos como una de nuestras más preciadas herencias culturales que debemos fomentar y, en algunos casos, rescatar, como en el caso del trato entre los personajes de las telenovelas.

En efecto, debo confesar que, aunque no veo telenovelas y procuro en cambio leer un buen libro, no puedo evitar ver algunos segmentos cuando cambio de canal y casi siempre encuentro discusiones, trato agresivo o excesivamente serio, poca cordialidad e incluso mucha artificialidad en algunas actuaciones que yo creo que ni los mismos artistas “se la creen”.

Por cierto que la miseria del vocabulario de las telenovelas ha sido señalada por el lingüista Ernesto de la Peña, quien si mal no recuerdo, dijo en una ocasión que no pasaba de 500 palabras.

¿A qué se debe el trato poco cordial entre los personajes de las telenovelas? Lo podemos atribuir a lo que ha profundizado Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel cuando afirma que tenemos elementos culturales (sociológicamente hablando) que nos podrían aproximar a una “cultura de violencia"

Monseñor Arizmendi hace distinciones muy precisas sobre los tipos de violencia y entre estos señala a la violencia verbal que ocurre cuando se insulta a los otros, se les ofende, se les dicen palabras hirientes, se les calumnia, se les presiona; cuando se hacen públicas cosas que debieran permanecer ocultas.

Conclusión

Cuánta razón tiene Fulton J. Sheen cuando afirma:

Cuando el amor de una mujer se hace venal, todo está perdido. Cuando es noble, proporciona al mundo un bálsamo de ternura y de emoción. El nivel de toda civilización es, pues, el nivel de sus mujeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario