sábado, 6 de marzo de 2010

Estuvo en Taxco Diego Monroy Ponce Abad en la Basílica de Guadalupe


Por: Lorenzo Serrano
ASI-GUERRERO

En visita Pastoral estuvo en Taxco el excelentísimo Monseñor Diego Monroy Ponce, Vicario General y Episcopal de la Basílica de Guadalupe y rector de ese Santuario, quién fue recibido por el cabildo y en sesión solemne le fue entregado las llaves de la ciudad por el alcalde Álvaro Burgos Barrera.

Tocó al destacado político Igualteco Javier Olea Muñoz, hacer la reseña de la personalidad de Monseñor Diego Monroy Ponce, en la cual afirmó que los presentes nos congratulamos de encontrarnos en este esplendido lugar -refiriéndose a la ex hacienda del Chorrillo-convertido en asiento del distinguido ayuntamiento de Taxco de Alarcón.

Hoy aquí se reúne para que tenga efecto y lugar un acontecimiento histórico y memorable, como lo es el otorgamiento de las llaves de la ciudad y un diploma al visitante distinguido que en este día le otorga la comuna taxqueña por conducto del apreciable presidente municipal al ilustre Abad de la Guadalupana, a Monseñor Diego Monroy Ponce, quién llega a Taxco después de un exitoso viaje por Iguala de la Independencia donde se sirvió dictar una conferencia magistral sobre el impactante tema Identidad y Cultura.

Esta conferencia la impartió Monseñor Diego Monroy Ponce, en el Museo a la Bandera con motivo de celebrarse el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, en el propio lugar en que se firmó y que es origen de nuestra Bandera Nacional, después nuestro visitante distinguido fue recibido en Ixcateopan de Cuauhtemoc por el presidente municipal Diego Darío Pérez Morales, donde ofreció una misa de cuerpo presente a nuestro Rey y Señor Cuauhtemoc en la iglesia de Santa María de la Asunción.

Después de este recorrido estuvo en Taxco para ejercer su ministerio Guadalupano en nuestra afamada iglesia de Santa Prisca, misma que debió Consagrar en el año de 1759 el obispo de Manila Don Manuel Antonio Luvial y Vieyra y que mandó construir Don José de la Borda y que proveyó de todo lo necesario para que su hijo Manuel de la Borda oficiara su primera misa como sacerdote.

En el acto protocolario para recibir a Monseñor Diego Monroy Ponce, declararlo huésped distinguido y hacerle entrega de las llaves de la ciudad, el presidente municipal Álvaro Burgos Barrera, después de darle la bienvenida expreso lo siguiente: El ayuntamiento de Taxco de Alarcón Guerrero, se encuentra altamente honrado por la distinguida visita de Monseñor Monroy Ponce a esta colonial ciudad, que a través del tiempo ha demostrado un destacado prestigio en su artesanía la cual se manifiesta en su Feria Nacional de la Plata, en la promoción y difusión de la cultura celebrando anualmente las Jornadas Alarconianas, así también su alto espíritu religioso en la celebración de la Semana Santa.

Con estas características de nuestro pueblo dijo el alcalde Burgos Barrera, que puede decirle que los hombre como usted, que promueven los valores morales y espirituales siempre serán bienvenidos a esta ciudad, porque con ello contribuye a que las sociedades que tienen como base a la familia se integren cada día más a los valores universales de convivencia y solidaridad, su presencia en nuestra ciudad Monseñor, constituye un estímulo muy importante de que el humanismo es una demanda social urgente para combatir la violencia en la que ase confunde o se da preferencia a un materialismo que busca encontrar por encima de la propia vida un poder que no es congruente con la armonía social y la solidaridad humana.

Al pronunciar su mensaje Monseñor Diego Monroy Ponce, expresó que la ciudad de Taxco es un escenario digno de sorprender a propios y extraños, la conocida tradición plateresca albergan este día las emociones y los sentimientos de un servidor y de quienes me acompañan, la distinción a mí hecha obedece sin lugar a duda a mi investidura como representante y como indigno sucesor de nuestro querido Santo Indio Juan Diego Cuautlatoatzin y como representante del santuario más importante no solo de México y de América sino del mundo mismo. Nuestra preciosa niña y celestial Señora Santa María de Guadalupe, de quién soy su portador de un mensaje de unidad y de paz, de reconciliación, de respeto, de tolerancia, en mi oficio como rector de la casita sagrada de esa preciosa niña y Señora Santa María de Guadalupe, siempre habré en primer lugar de custodiar la tradición Guadalupana con verdadero celo apostólico, así mismo habré de ponderar el mensaje de la muchachita y Señora del Tepeyac, en ella nos miramos, es el aire que respiramos, en ella nos encontramos y en ella nos identificamos. México no se entiende sin Guadalupe, este mensaje es muy acorde a los eventos que a nivel nacional celebramos con motivo del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, ella la Señora del Tepeyac, la Morenita, la virgencita de Guadalupe como cariñosamente le llamamos, en el mensaje entablado con Juan Diego nuestro querido Santo Indio, nos señala muy claramente el sentido de unidad nacional, encontramos ya en 1531 en uno de los encuentros que nuestro Santo Indio tiene con la dulce Señora, el mensaje y la noción de nación, no tenemos que esperar hasta 1810 y 1910, porque ya desde entonces nacimos como nación, como pueblo en el regazo de la Señora mestiza, como mestizos somos nosotros, resultado y crisol de dos culturas maravillosas e increíbles, la India y la Española, eso somos nosotros, nuestros abuelos son los Españoles y los Indios, por eso tenemos que amar a nuestros abuelos.

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