Por: Antonio Mota
ASI-NACIONAL
Michael Bradley, hijo del DT norteamericano Bob Bradley, marcó los dos tantos del encuentro, a los 43 y 92 minutos, el segundo gracias a un error del arquero Oswaldo Sánchez.
Empieza a ser decepcionante el accionar de los “nuestros”, si es que le pudiéramos llamar así, porque realmente la selección nacional es el negocio de las televisoras, y ellas mismas quieren hacernos creer lo que no es, han construido unos verdaderos “moustros” de Frankenstein, son verdaderas estrellas del canal de las estrellas y las barras.
No hay compromiso, no hay amor a la camiseta, y para colmo ganan millonadas.
En el partido contra los Estados Unidos de Norteamérica, en la acción de la tarjeta roja para el defensa central mexicano, Rafael Márquez, quien se ganó su cuarta tarjeta roja histórica por meter una patada al muslo al arquero Tim Howard, tal vez esta acción se debió a una arranque de impotencia al verse superado por los gringos, previamente a la expulsión de Rafa, Heath Pearce jaló del brazo al “júnior” Giovanni do Santos frente al marco en una pena máxima que no decretó el silbante guatemalteco Carlos Batrés, pero que no ameritaba una acción tan penosa como la de Márquez.
Con este triunfo, la selección mexicana quedó en cero puntos y deberá esperar a sumar sus primeras unidades hasta el 28 de marzo, cuando enfrente a Costa Rica. Por su parte el equipo de las barras y las estrellas sumó sus tres primeros puntos en el hexagonal final hacia la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.
México no mostró en el campo el entendimiento del sistema de juego que pretende el técnico Sven Goran Eriksson, ni siquiera por los nueve días de trabajo que tuvo para prepararse de cara a este encuentro.
Debe de tomar seriedad el federativo nacional, para poner un plan de ordenamiento, que haga que las cosas se den favorablemente para que México pueda calificar al mundial de Sudáfrica y no solo eso, sino que hagan un papel decoroso en el mismo.
Insistimos una vez mas Eriksson no tiene la culpa, son los jugadores que en su papel de “estrellitas” juegan, al ahí se va, pues podrá llegar cualquier técnico y si la mentalidad es la que tienen, será la misma gata…
Empieza a ser decepcionante el accionar de los “nuestros”, si es que le pudiéramos llamar así, porque realmente la selección nacional es el negocio de las televisoras, y ellas mismas quieren hacernos creer lo que no es, han construido unos verdaderos “moustros” de Frankenstein, son verdaderas estrellas del canal de las estrellas y las barras.
No hay compromiso, no hay amor a la camiseta, y para colmo ganan millonadas.
En el partido contra los Estados Unidos de Norteamérica, en la acción de la tarjeta roja para el defensa central mexicano, Rafael Márquez, quien se ganó su cuarta tarjeta roja histórica por meter una patada al muslo al arquero Tim Howard, tal vez esta acción se debió a una arranque de impotencia al verse superado por los gringos, previamente a la expulsión de Rafa, Heath Pearce jaló del brazo al “júnior” Giovanni do Santos frente al marco en una pena máxima que no decretó el silbante guatemalteco Carlos Batrés, pero que no ameritaba una acción tan penosa como la de Márquez.
Con este triunfo, la selección mexicana quedó en cero puntos y deberá esperar a sumar sus primeras unidades hasta el 28 de marzo, cuando enfrente a Costa Rica. Por su parte el equipo de las barras y las estrellas sumó sus tres primeros puntos en el hexagonal final hacia la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.
México no mostró en el campo el entendimiento del sistema de juego que pretende el técnico Sven Goran Eriksson, ni siquiera por los nueve días de trabajo que tuvo para prepararse de cara a este encuentro.
Debe de tomar seriedad el federativo nacional, para poner un plan de ordenamiento, que haga que las cosas se den favorablemente para que México pueda calificar al mundial de Sudáfrica y no solo eso, sino que hagan un papel decoroso en el mismo.
Insistimos una vez mas Eriksson no tiene la culpa, son los jugadores que en su papel de “estrellitas” juegan, al ahí se va, pues podrá llegar cualquier técnico y si la mentalidad es la que tienen, será la misma gata…
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