viernes, 31 de julio de 2009

LA ESPIRITUALIDAD Y EL SINARQUISMO


Por: Sergio Estrada
ASI-JALISCO



En los años 60s y 70s, se dio un fenómeno interesante en América Latina y algunas regiones de Europa. Un esfuerzo por llevar la Espiritualidad a la Lucha Social.

Asqueados muchos intelectuales por la crueldad y el oportunismo de los bandos ideológicos y políticos enfrentados en su mayor expresión en la II Guerra Mundial, buscaron por dos aspectos:

a) Una Nueva Sociedad
b) Una Espiritualidad mucho más madura, mas comprometida con la vida real y cotidiana de las personas.

Al mismo tiempo, dentro de varias Iglesias y religiones, especialmente la Católica, se vive una serie de cambios profundos. Concilio Vaticano II y varios Sínodos que llevan a un compromiso social a muchos de sus miembros.

Estos sectores, buscaron en las Ciencias Sociales un respaldo más fuerte a la vivencia de Fé. Así, surgieron o se reorientaron los esfuerzos de muchos católicos fortaleciendo proyectos solidarios y comunitarios como el cooperativismo, la defensa de los derechos humanos y sociales, la educación popular y liberadora, grupos de apoyo a la organización comunitaria, etc.

Ordenes y Congregaciones enteras reenfocaron su Evangelización y aunque hubo exageraciones, errores y omisiones, la mayoría dieron frutos excelentes.

El objetivo: Que si Cristo Jesús envía a los suyos a dar Testimonio, lo hagan en las obras y no solo con palabras.

Así, el Cristianismo vivido por esos sectores católicos provocaron lo mismo que Jesús: El odio de los cómodos y de los dueños del poder.

Es increíble que 500 años de que llegaran los primeros frailes a México, y aun así, cuando algún sacerdote hablaba de Justicia Social, se le echaran encima multitud de "defensores de la Fe" criticándole, acusándole, denostándole, y llamándole hereje o traidor.

Muestra de que la Fe, se conocía por herencia cultural, no por estudio y vivencia espiritual. Pues bien, en el Sinarquismo sucedió algo parecido: Algunos compañeros no entendieron de que se trataba el asunto.

Confundieron la Espiritualidad intensa y llevada a la práctica con otra cosa. Creyeron que se trataba de exaltar lo católico en ambientes antes restringidos a los miembros de la Iglesia. Por las condiciones históricas vividas.

Así, tuvimos a compañeros que creían que lo importante era hacer mítines con cantos litúrgicos y si se omitía el rezo en una reunión política, era motivo de cuestionamientos muy incisivos. Sin embargo, la espiritualidad no se vivía.

En el Partido Demócrata Mexicano (PDM) nos pasó: Mucho "social-cristianismo" de Palabra pero en la vida interior, una falta tremenda de estudio, de interiorización, de seguimiento.

Aun así, la corriente interna de Sinarquistas disidentes, los que nos identificamos como Nacionalistas, reclamamos algo bien simple: Coherencia y Sentido común.

La Espiritualidad nutre a la persona y nutre a un grupo, pero es dirigida hacia el espíritu (obviedad no siempre entendida). La Religión no DEBE usarse ni manipularse como si fuera ideología. Debe ser eso: fuente de reflexión, de meditación, de solidaridad.

Cuando se usa como instrumento de manipulación, se vuelve odiosa, cínica, inmoral y perversa.

Han pasado los años y el Sinarquismo se enfrentó a una ruptura. Precisamente en un punto donde la vocación política se hizo mas definitoria.

Es curioso, pero los que más no enfocamos a la lucha política, somos los más convencidos de la necesidad de una espiritualidad intensa y bien entendida. No represora ni pervertida. Si no interior, solidaria y crítica. A ésta Espiritualidad, es a la que convocamos. Es la que nos nutre y nos lleva.

Lejos pues, de la imagen fanática que el PRI y el PAN quisieron imponernos para seguir apacentando rebaños y debilitando disidencias.

Y es ciertamente, un rasgo de autonomía, que en una sociedad que lee poco hay que resaltar: Espiritualidad no es sinónimo de pertenencia o de afiliación. Esto es: la espiritualidad nuestra la nutrirá cada quien en su propia comunidad o grupo o lo que sea.

Pero los rasgos compartidos son los que nos hacen coincidir: Compromiso con la justicia social, con la defensa de la naturaleza, con la dignidad humana.

Como Organización, somos independientes absolutamente. Totalmente. De esos grupos, comunidades o espacios.

La relación, será de respeto y nunca de uso o manipulación.

En ello está fundado nuestro principio de Espiritualidad y de Reconciliación de lo Humano con lo Sagrado, con la Naturaleza, con su Dignidad y con la Comunidad.

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