El miércoles 28 de marzo a las 11:00 Hrs. Se realizará la presentación del libro: “La formación de una nación y el Sinarquismo en Michoacán 1920- 1941” de Rogelio Escamilla Torres de la Coordinación de Investigación Científica – UMSNH y participarán como comentaristas Sergio García Ávila del Instituto de Investigaciones Históricas de la UMSNH, Sergio Monjaráz Martínez del Archivo Histórico Casa de Morelos y el Centro INAH Michoacán, en la sala de usos múltiples del Archivo Histórico Casa de Morelos.
En el presente, la economía de nuestro país todavía tiene como piedra angular la producción agrícola, de ahí que gran parte de la problemática mexicana tenga que resolverse por medio de la cuestión agraria. Uno de ellos es el reparto agrario que ocupa un lugar muy importante dentro de la historia de México, proceso que se da de manera muy importante entre los años de 1934 a 1940.
El problema de la tenencia de la tierra surge desde el siglo XVI, el que se fue agravando en el transcurso de los dos siguientes siglos ocasionando la guerra de independencia, por lo que a los nativos “...les dolía su miseria, sufrían en carne propia las injusticias de los hacendados, a quienes odiaban con odio acumulado a través de generaciones”.
1 Históricamente, se ha visto que desde la época colonial se trató de poner en práctica un buen número de proyectos que pretendieron hacer reformas a las formas de propiedad agrícolas existentes en cada momento, pero la mayoría de esos planes y programas tuvieron resultados no muy satisfactorios, ya que sólo determinados grupos vinculados a esa actividad productiva fueron beneficiados, aspectos que marcaron nítidamente las diferencias entre las personas que ostentaron el monopolio de la tierra y el poder, así como quienes disponían solamente de pequeñas fracciones para el cultivo de subsistencia y un conglomerado de seres humanos que solo eran dueños de su fuerza de trabajo.
No cabe duda que el problema de la tierra en México ha sido siempre muy complejo, porque intervienen un gran número de factores que lo han hecho ser de esa manera, y que el asunto de la tenencia de la tierra ocupa un lugar preponderante, pues las variadas formas de propiedad existentes en cada época, han sido la base de todo el sistema agropecuario. La tenencia y explotación de la tierra ha sido el hilo conductor de la historia de México, historia que es “una síntesis particular, una peculiaridad nacional, de aquella genérica, universal de la lucha del hombre-en todos los sentidos- por la tierra”.
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