domingo, 28 de noviembre de 2010

TRES GIGANTES PARALIZAN GUADALAJARA


Por: David Valdez
ASI-NACIONAL

Como parte de los festejos del bicentenario del inicio de la Independencia y del centenario de la revolución concluyo en Guadalajara, Jalisco. México, la presentación del teatro urbano de la compañía Royal de Luxe, que es una compañía francesa de “teatro callejero”, que se caracteriza por usar marionetas gigantes en sus obras.

Ésta compañía de teatro fue fundada en 1979 por Jean Luc Courcoult. Basada en Nantes, la compañía se ha presentado en diversas partes del mundo.

El gobierno Federal decidió que Guadalajara fuera la sede de este importante evento, del cual más de dos millones de mexicanos se volcaron a las calles de Guadalajara para disfrutar de este evento que sólo muy pocas ciudades lo han podido disfrutar.
Con paso de gigante La compañía Royal de Luxe ha llevado sus espectáculos a distintos países. Londres, 2006. "El elefante del sultán" pasea con sus 42 toneladas de peso. Nantes, 2009. Una de sus creaciones en la inauguración del festival Estuario. Berlín, 2009. Con el tío "Escafandra" celebraron el Día de la Unificación Alemana. Santiago de Chile, 2010. "La pequeña gigante" entre la gente del Parque OHiggins. Y finalmente en México, en la perla tapatía.

Fueron muy pocos los apáticos que criticaron esta obra presentada en nuestra ciudad, “al pueblo pan y circo” “con eso el gobierno calma al pueblo” “el gobierno gasta el dinero del pueblo” “deberían de repartir el dinero que gastaron en los ciudadanos” y un sinfín de comentarios, contrario a los más de dos millones de espectadores que agradecieron este espectáculo gratuito y lo calificaron de excelente, vistoso y único, aplaudieron a los personajes y mas a quienes los manipulaban para hacerlos cobrar vida.

La historia conmovió a la ciudadanía iniciando con la caída de un muro del cielo, donde se narraba la historia que aconteció por una semana en Guadalajara. Se trata de una historia fantástica, mitológica; que mezcla la historia de los Gigantes con la historia de la Revolución y de la Independencia, donde los personajes Gigantes, literalmente cobraron vida durante seis días en las principales plazas y calles de la Perla Tapatía.

Cuenta la leyenda que… cuando Miguel Hidalgo dio el Grito de Dolores, se escuchó en todo México y mucho más allá a través del tiempo.

En aquella época un Gigante encaramado en la montaña lo escuchó. Era un campesino solitario, su madre era indígena y su padre criollo.

Pero cuando este Gigante apareció delante del Ejército Rebelde, los hombres tuvieron tanto miedo que para evitar que lo masacraran Hidalgo mandó a colocarlo en un sarcófago y lo escondió en alguna parte en Guadalajara.

No se sabe a ciencia cierta quiénes se encargaron de esta tarea, ya que perecieron en las batallas que sacudían al país.

Numerosos historiadores se interrogan hoy sobre la ubicación de su sepultura.
Cien años más tarde, en 1910, la sobrina de este Gigante, llamada Pequeña Gigante, se instaló en el estado de Morelos, estado que lleva el mismo nombre del ilustre combatiente que continuó la obra de Hidalgo por la Independencia.

Algunos cuentan que viajó para reencontrarse con su tío; otros cuentan que Emiliano Zapata, en una noche de luna llena, habría hablado con ella, pero ningún testigo puede confirmar esta leyenda.

La única persona que vivió este encuentro fue la Pequeña Gigante, que aunque tenía el poder de viajar en el tiempo, nunca tuvo el don de la palabra, en efecto, la Pequeña Gigante no habla.

Pero retiene en sus ojos los estruendos, los remolinos y las esperanzas de la historia de los hombres.

¿Qué Dios decidió en este año 2010 precipitar desde el cielo en la Ciudad de Guadalajara un mural hasta ahora desconocido de Diego Rivera para advertir a la Pequeña Gigante que había llegado la hora de reencontrarse con su tío?
Al día siguiente, un bulto fue depositado en una plaza, se trataba de un bloque de hielo que contenía a Xolo, el Dios perro de los dientes de obsidiana, dormido y ofrecido como regalo a la Pequeña Gigante. Algunos días más tarde, cuando el hielo se derritió, el Xolo andaba por las calles y con ayuda de su olfato encontró el lugar del sarcófago. Una vez liberado el Gigante, los tres compañeros desaparecieron con un poco de tierra de México.

¿Será una leyenda susurrada por las montañas, será simplemente una de las historias que Frida Kahlo susurró a los oídos de Diego Rivera para arrullarlo?, ¿se tratará de una quimera dulce y violenta que Orozco percibía en los muros de la Ciudad?
Sea lo que fuere, en las noches de tormenta se puede escuchar todavía la carcajada de “Pancho” Villa retumbando en el cielo de México.

Aunque la metrópoli se trastocó, no queda duda de que los habitantes de esta ciudad los van a extrañar y definitivamente para quienes siguieron a los personajes en esta historia, no les importa el que dijeron los que siempre se oponen a todo, pues según fuentes oficiales el espectáculo tuvo un costo de 75 millones de pesos.

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