lunes, 25 de enero de 2010

Sinarquistas y Revolucionarios‏


"Odiamos la revolución violenta porque es en sí misma destructora... Pero la amamos profundamente, porque ella nos hace posible romper obstáculos e inercias, derribar tiranías y conjurar peligros.

Una revolución militar, por perfecta que se suponga, no deja de ser un salto forzado en la vida colectiva. Pero la Naturaleza no obra a saltos si no en continuos ciclos que heredan y aprenden de su anterior etapa.

Sin embargo, cierto es que los Pueblos no pueden seguir muchas veces su Destino, sin las fuertes sacudidas de una Revolución; Se necesita alguna vez, romper obstáculos que instituciones rancias, ineficientes o tiránicas oponen a todo progreso. Pero una Revolución va siempre acompañada de otros aspectos; Una marcha lenta, pacífica, pero determinada y ejerciendo constantemente la Voluntad, es preferible a un trastorno social que gaste todos los recursos morales y políticos.

Si la Revolución se presenta alguna vez como una solución inevitable y desgraciada, no se justifica que el "espíritu revolucionario" (El caudillismo y el Estado "Conductor") eleve éste hecho a la altura de un Principio y haga de él una regla.

En Derecho Público hay un principio que dice que todo derecho debe realizarse en la forma del Derecho; que lo que es justo debe revestirse de las formas de la Justicia.
Los Sinarquistas queremos realizar un Derecho: El Derecho que tenemos las y los mexicanos, de Vivir en Paz, en Libertad y en Justicia y éste afán lo hemos de realizar en la forma del Derecho para que sea una Conquista Firme y Permanente.
Sabemos que nuestras demandas añejas y nuevas son justas y por lo tanto debemos hacer nuestra lucha con las formas de la Justicia.

Esta es la razón del "absurdo pacifismo" del que acusan al Sinarquismo sus detractores.

Amamos la paz, no por cobardes, si no porque es el ambiente propicio en que se construye, estructura, planifica, el orden social y la justicia permanentes."

(Juan Ignacio Padilla. 1948)

El Maestro Juan Ignacio Padilla escribió el anterior texto poco después de que el Estado Autoritario desconociera el derecho de poder participar en la vida política mediante un Partido Político.

Recién, en ese año, se prohibió la circulación del Periódico "El Sinarquista" y se encarceló a muchos militantes. El mismo Padilla, fue preso, así como varios de los líderes del Movimiento. Aún así, la postura clara fué "No a las Armas".

Oportunidades hubo de responder a la represión del Estado con la agudeza de la guerrilla y la estrategia miliciana. Porque el Movimiento no careció de instinto guerrero. Sin embargo, la orden tajante fué: "No a las armas". Ni siquiera cuando los grupos paramilitares pagados por el Régimen mataron mas de 300 Sinarkas y mutilaron muchísimo mas.

La conciencia clara de que el Gobierno Mexicano tenía la protección y el apoyo del Vecino del Norte, hacía que los Líderes del Movimiento asumieran una estrategia tal como la describe Juan Ignacio: Una Marcha lenta, conciente, no exenta de peligros, pero siempre ejerciendo la Voluntad. Esta Estrategia, tiene su sentido. Hoy, no es tan difícil de entender aunque pocos son los dispuestos a practicarla: Antes que sufrir el peso de una represión total (que la paga el Pueblo, principalmente niños, ancianos y enfermos), es mejor una estrategia de crear Comunidades participativas, concientes, entrenadas, capacitadas, autogestionarias, solidarias entre sí y capaces de visualizar un futuro compartido y diferente a la Realidad social, política, económica y cultural dominante.

Las demandas del Movimiento Nacional Sinarquista son las mismas desde su Fundación:Paz auténtica, Democracia Participativa, Justicia Social, Estado legítimo que planifique el Bien Común en armonía con una Sociedad activa, organizada, solidaria y creadora. Educación, Salud, Libertades Fundamentales (Pensamiento, Religión, Asociación, transito, etc.). Una Nación Mexicana orgullosa de sí misma y con una cultura crítica, con Memoria de sus propios orígenes y con el espíritu actuando por un Futuro compartido en dignidad.

Nuestra Revolución es así: Aguerrida, afirmativa, constante, miliciana, disciplinada, comprometida, anti-sistema y anti-todo. Este Modelo Neoliberal es sencillamente la aristocracia de los Mercaderes con sus ejércitos y sus Medios de Manipulación Social. Los Modelos sociales que lucran con la pobreza para crear Estados de Burócratas Todopoderosos con un Partido Único y dedicados a eliminar disidencias también son nuestros enemigos.

Nuestra Revolución nos lleva a cuestionar incluso, el rumbo que lleva el mundo del espíritu. La decadencia del alma, es notable en muchos que deberían ser los Profetas y los Sanadores, los Testimonios de ética, virtud y trascendencia.

También lo cuestionamos. No lo aceptamos. No somos pacientes ni consideramos hermanos a quienes abusan y traicionan y manipulan mediante la mercantilización de la Vía del Espíritu.

Somos Revolucionarios en el sentido de destruir un mundo mediocre y una sociedad miope, negligente, corrupta, excesivamente apática y suicida.

Somos Revolucionarios pero Nuestra Revolución que reclama una Nueva Sociedad va aplicándose con las formas en que queremos diseñar esa Nueva Sociedad. Autogestión y Cooperativismo, Multiplicar la Conciencia Disidente, crítica, filosóficamente creadora y éticamente práctica, luchas sociales cada vez mas determinadas y coordinadas. Comunidades en acción y dispuestas a luchar por lo suyo.

No cargamos fusiles porque no nos interesa darles pretextos a los eternos opresores. Cargamos algo mas peligroso: Ideas puestas en práctica. Espíritu Solar, heroico, digno, orgulloso. Comunidades que redefinen la política como la lucha por garantizar su existencia y la de sus hijos.

No tenemos ni creemos en Caudillos mesiánicos, no tenemos que agradecerles nada a viejos opresores y mucho menos tenemos porque soportar a los nuevos señores del poder.

Haremos Nuestra Revolución. Somos la Nación, Somos Pueblo y Somos la Revolución.

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