viernes, 20 de marzo de 2009

CON HERENCIA AFRICANA (III parte)

A la memoria de Hugo García Torres (+), un gran amigo afromexicano Sinarquista.

Por: Antonio Mota Flores *
ASI-NACIONAL

Durante las dos entregas a través de la página de la Agencia Sinarquista de Información, en los reportajes de “Un pedacito de África en México” y “la Diáspora Africana en México”, al incursionarme en una investigación profunda he podido aprender más sobre esta llamada tercera raíz.

Para realizar las investigaciones sobre esta cultura de la tercera raíz, me puse en contacto con mis amigos de Oaxaca y otras platicas mas con “auténticos negros” afromexicanos de Acapulco, Gro. Por medio del teléfono, correos electrónicos, he mantenido con nuestra amiga y compañera la Licenciada Emy de Los Santos, con la Sra. Gertrudis García Escuen, así como con mi esposa y mi cuñada, quienes a través de unas intensas charlas he aprendido algo nuevo sobre esta herencia Africana en México.
Vacaciones en semana santa: Mi Hija Nadxi en brazos de su abuela, Junto con unos niños afromexicanos en José María Morelos, Oaxaca.

Hemos recibido muchos correos y llamadas preguntándonos mas sobre este importante tema desconocido para muchos, incluso han traducido íntegramente al idioma ingles los artículos anteriores a este.

La herencia Africana en México no es una raíz olvidada, debemos hablar de una raíz reconocida y apreciada, no solo es la costa chica entre Oaxaca y Guerrero, esta también arraigada esta tercera raíz en Veracruz, y en muchísimos rincones de nuestra patria.

Muchos mexicanos desconocen por completo de la existencia de la raza afromestiza, y en un arranque de desconocimiento, muchos ilusos que llegan a expresar que “hay negros mexicanos en la costa”, “porque se asolean mucho”, absurdo pensamiento pero a razón de un desconocimiento total de la historia de nuestra nación.

La principal fuente de origen de la población africana en la costa chica de Oaxaca y Guerrero, se dio por su importancia numérica, ahí fue el establecimiento de las estancias ganaderas españolas que se organizaron en forma destacada. A partir de la segunda mitad del siglo XVI, las estancias que estaban a cargo de un mayordomo que bien podía ser un español o un mulato libre, en las cuales predominaban los africanos y los afromestizos, en un principio esclavos y paulatinamente liberados, en su composición étnica.

Esa población de africanos, Poco a poco fue desplazando a los habitantes originales de esos lugares de la costa chica oaxaqueña y guerrerense, con los cuales siempre llevaron unas relaciones hostiles, pero con quien se mezclaron desde períodos muy tempranos en los pueblos indígenas, dando así origen a las primeras comunidades de afromexicanos.

En el siglo XVI se introdujeron esclavos negros del África, para trabajar en las minas de Chichiacapan, y en el cultivo de la caña de azúcar. Estos esclavos africanos, podrían ser vendidos y comprados, porque se les desconocía su condición de seres humanos.

Esos africanos fueron enviados a las costas del antiguo reino mixteco de Tututepec, lo que en la actualidad se llama Jamiltepec, Juquila, Pochutla y una extensa parte de la costa del pacifico mexicano.

Los africanos asentados en las costas de Oaxaca, fueron llevados a lugares donde se les necesitaba como trabajadores, ya que los habitantes indígenas habían perecido durante la conquista y después de la misma.

Se tiene conocimiento que la primera comunidad a donde llegaron los “negros” africanos fue nombrado Cortijos.

Pasando la conquista hasta la revolución mexicana, al estallar esta revolución, un grupo de africanos huyeron de su condición de jornaleros mal pagados, pisoteados, humillados y se dirigieron hacia la costa chica de Oaxaca, en busca de medios para embarcarse y retornar a sus países de origen, como era un grupo numerosos de africanos, les fue difícil conseguir medios suficientes para partir y aceptaron la propuesta de un cacique hacendado llamado Dámaso Gómez, quien empleo a los negros como jornaleros en su despepitadora. Así se asentaron esos negros que sumaban cientos, ellos se arraigaron al lugar y continuaban practicando sus culturas de bailables y de sus costumbres muy africanas en honor de sus dioses. (Principalmente al dios Ruja). Con tanto revoltijo llegaron en una embarcación al puerto de Minizo al sur de Collantes, un grupo de sonorenses que huían de la guerra en el norte de México. Llegaron, se establecieron en esa región de africanos y se dio una mezcla interesante de tradiciones y costumbres.

En un sentido general, México comparte con el Caribe una historia de colonialismo y del conflicto de culturas distintas entre si, pero en un sentido muy especifico, pues comparte también la experiencia del desplazamiento de africanos, la esclavitud, el racismo y el conflicto de culturas africanas con la europea que pretendía imponerse como dominante y homogéneo.

En la semana santa estaré una vez mas en José María Morelos, Oaxaca, me entrevistare con personajes de la costa chica, realizare un reportaje grafico de “nuestros negros” y conoceremos ambos, amigo lector mas detalles de los herederos de los africanos. Ya esta pactada una visita guiada con Emi de los Santos nuestra corresponsal en Oaxaca, quien ya nos tiene muchas cosas preparadas para ser publicadas en otro tema de la tercera raíz, herencia africana en nuestro México lindo y querido.

Esperen posteriormente de semana santa un reportaje más, pero esta vez enriquecido y escrito en esas tierras afromestizas de Oaxaca.


Escriban sus comentarios a: asi.uns@gmail.com y/o asi_uns@hotmail.com
¿Brasileños, Cubanos, Africanos? ¡NO, AFROMEXICANOS!

* Antonio Mota Flores es Director del Centro de Información Social, A. C.

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